domingo, septiembre 19, 2004

27/07/04

En una madrugada oscura
me acoste en el suelo entre dos amigas
y cerre los ojos pensando
en las estrellas
que esa noche me recordaron
una mirada,
aquella misma mirada,
escuchando el Cien Gaviotas
de una boda playera me dormí.
Y recorde esa noche
lo bueno y lo malo
las lágrimas que no solté
las palabras que calle
el amor-odio que sentí.
Y desperte a las pocas horas
envuelta en arena
y sintiendo el alcohol en mis venas.
Mi cabeza y mi garganta
no eran mias,
el amanecer quedaba lejos.
Nada había cambiado,
todo estaba igual.
El mar, la playa
tu indiferencia
todo igual
que la noche que más sufrí y disfruté.



[yo con mis idas de olla pense que ya habia colgado este poema, desde luego...en fin, pues nada una acampada en Ares, que siempre da mucho de si]

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