jueves, julio 31, 2008

Me decías ...

Haces que se vaya mi melancolía
Me devuelves de nuevo a la vida
Resurrección


Y todavía tienes esos detalles que me matan. Esos que hacen que cuando nuestro grupo favorito sale a cantar en el más precioso escenario que podamos imaginar mis ojos no dejen de buscarte, sabiéndote a menos de tres metros de mí, con una multitud de por medio, y con tus ojos grabados a fuego en mi corazón mientras tarareo nuestras canciones.

lunes, julio 28, 2008

Regalos

Abrí los paquetes. Un bolígrafo de la marca esa vasca que me hace tanta gracia. Y una agenda. Sabes que no voy a ninguna parte sin mi agenda. Y este año con más motivo lo haré. Porque sabes que es una parte fundamental de mí, y porque gracias a mí también tú te acostumbraste a usarla. No era de la marca de la gata pija que me encanta porque no la encontraste. Pero era preciosa igual. Y tenía tres fechas apuntadas. Nuestros cumpleaños y el día que te marchas. Y apuntaste bien grande ese día que tenía que ir a verte. Como si fuera a olvidarme que todo lo que ahorro es con el fin de abrazarte en mis próximas vacaciones.

domingo, julio 27, 2008

I

Tenía dieciséis años y una enorme melena rizada. Sonreía a menudo. Tenía algo que la hacía diferente. Quizás esa voz dulce o ese brillo en los ojos cuando se emocionaba. O a lo mejor tenía que ver con la educación tan europea que había recibido. Era bilingüe, casi políglota, y tenía lo mejor de los extremos que se barajaban en la vida social de aquella pequeña ciudad costera. Tenía grandes aspiraciones y ganas de comerse el mundo. Y, pese al miedo que muy pocas veces dejaba entrever, se mostraba en todo momento, segura de sí misma.

Y hasta yo no podía dejar de admirarla.

lunes, julio 21, 2008

Semanas que comienzan con buen pie

Amagos de estremecimiento. Sí, los tengo. Resulta que a veces siento que se me desarrolla ese sexto o séptimo sentido que nunca logro acabar de entender. Y pensar en tí cuando estás cerca y yo no lo sé. A veces hasta diría que tenemos esa telepatía que sólo tengo con las personas que siento realmente cerca. Y tiene su lógica. Porque por mucho que te vayas a alejar estamos cada vez más cerca. Y me estremezco cuando tomas mi mano y la estrechas entre las tuyas. Sin ningún motivo. Tus besos, tus abrazos, ya no tienen razón de ser. No hacen falta motivos si razones, quizás porque a estas alturas ya sobran. Y si te apetece acariciarme, lo haces. Sin plantearte nada más. Y yo debería hacerme tantos porqués que al final no me planteo nada. Porque a pesar de todo sigo creyendo en los impulsos, en el destino sin casualidades y en las señales que sólo unos pocos privilegiados son capaces de ver. Como en las películas manidas que me siguen emocionando. O los paisajes autóctonos de verano, esos que podrían ser idílicos si pudiéramos sólo admirarlos sin pensar en nada más. Y tú en ellos, a lo lejos. Y yo respirando arena y sal, deseando que estuvieras unos pocos metros más cerca, tumbado a mi lado, rozando con tu piel mi piel.

viernes, julio 18, 2008

18 de Julio de 2008


Y al fin, el Gran Día ha llegado. He visto cómo se vestía la Iglesia desde anoche para recibiros. La alfombra roja que cuidadosamente limpiamos y estiramos, el mantel de camariñas encima del altar, las velas en los recipientes de cristal que lavamos para la ocasión, el caliz y la patena con los que los niños de nuestra parroquia reciben su primera comunión, las sillas en el coro, los asientos colocados, las flores engalanando nuestro hogar. Si hasta la mismísima Virgen de las Angustias tenía hoy un brillo especial.
Y es que ha llegado el gran día, que tanto tiempo llevamos esperando. Aquel que hace 13 años quizás siquiera imaginábais. O quizás sí. Y es que yo creo que siempre supistéis, desde el primer día en que os conocisteis, que estabais predestinados a ser felices juntos, aunque no supieráis daros cuenta al instante. Y yo que os conocí ya siendo lo que sois ahora no puedo más que quereros, admiraros, compartir con vosotros y con toda la comunidad la dicha que nos invade en un día como hoy.
Y os debo tanto, y os quiero tanto, que este día jamás podré olvidarlo. Porque soy feliz viendo como vuestro amor crece y crece cada día, y como hoy, por si no estuviera lo suficientemente claro, se lo vais a gritar al mundo. Y poniendo a Dios por testigo.

jueves, julio 17, 2008

En Capilla III

Cada vez queda menos. Y sin saber cómo nos hemos plantado en la víspera de vuestra boda. Y yo me emociono como si fuera la hermana pequeña de alguno de los dos, o de ambos, porque lo que está claro es que sois mi familia por encima de todo aunque no haya lazos de sangre de por medio. Y estoy aquí, y lo estaré para lo que haga falta. Para preparar la iglesia para el gran acontecimiento, para comprar las velas que la novia quiere, para acompañar al novio a los recados prenupciales acompañados de la complicidad que siempre nos ha unido. Y es que este enlace me hace realmente feliz. Porque os quiero, porque sé que os queréis como pocos, porque vosotros me demostrais que existe lo que siempre soñé, porque sois mi ejemplo, mi esperanza, mi consuelo, mi referente. Porque os debo la mitad de mi existencia.

El Mar, Tú y Yo

No llegan las aguas tranquilas o frías. Los días soleados de calor compartidos. No llegan los juegos y caricias empapados de agua del mar. Los sustos traicioneros o los besos pidiendo clemencia o perdón. Nunca serán del todo suficientes.
Y sin embargo, pocas cosas me transmiten tanta paz, tanta serenidad. Nunca pensé desconectar de tal modo a estas alturas por el simple hecho de cerrar los ojos bajo el sol y girar la cabeza, abrirlos y ver tu sonrisa a mi lado.
Porque nada me hace tan feliz como estar a tu lado. A pesar de todo.

miércoles, julio 16, 2008

Olores

Se le acercó. Eran las once de la mañana, y olía como si todos los buenos olores más penetrantes del mundo se hubieran encerrado durante una eternidad en un frasco y ella acabara de abrirlo. Y recordó todos los olores que le hacían palpitar, porque él los desprendía todos. Y cada vez que le besaba, cada olor se impregnaba más y más en ella. Y una tarde respirándole se le antojaba la mejor forma de retomar el verano a su lado.

martes, julio 15, 2008

fin de algunas esperas

¿Sabes?

A veces las esperas también se acaban.

Y sucede.

esperas

Sigo sin poder evitarlo. Ese nudo en la garganta, esas mariposas que ya no saben ni hacia donde revolotear. ¿Me llamará? Estupidez absoluta. El eterno dilema de quien no se emociona pero se ilusiona. Mueves ficha y esperas. Y yo te doy cancha. Pero espero. Porque los dos sabemos de qué pie cojeamos cada uno. Y sabemos que sigues siendo tú quien tiene la pelota en su tejado. Porque ambos sabemos que puedes tomarte el tiempo que quieras, que con mayor o menor frialdad en mi respuesta, siempre será: cuando tú quieras.

lunes, julio 14, 2008

En Capilla II

Son días de mucha emoción. De regalos materiales e inmateriales. De recuerdos. De ilusión. Son días en los que recopilamos emociones en álbumes de cartulinas de colores donde desgranamos toda una vida compartida. Sonrisas de niños y niñas que os han querido y os quieren, alegría de quien os ve felices, agradecimiento de aquellos a quienes les habéis dado tanto. Y es que nos habéis dado tanto que no sois capaces siquiera de imaginarlo. Porque alguien supo expresar muy bien esa sensación única de sentirnos parte de algo especial, de un grupo de personas, de almas sinceras, con un punto de vista, una percepción de la vida, un credo y una fe en común. Y muchos no lo entienden. Pero es lo mejor que tenemos, y eso es así porque lo compartimos. Y vosotros habéis sido el ejemplo viviente de lo que es el Amor con letras mayúsculas.

domingo, julio 13, 2008

En Capilla

Estar sentada, a vuestro lado. Como un domingo más. Sabiendo que sería la última eucaristía de la que saldriáis solteros. Que la próxima misa a la que acudiremos será la de vuestra boda. Nervios. Emoción. Y un montón de sensaciones que no podemos siquiera describir. Secretos de sorpresas. E Ilusión. Mucha Ilusión. Cinco días más para descontar antes del Gran Día. Alegría. Dicha. Y Amor. Mucho Amor.

sábado, julio 12, 2008

Porto




Y de repente, sin previo aviso, te enamoras de una ciudad.

Cuando te enamoras de una ciudad es muy difícil que la siguiente ciudad que veas pueda parecerte la mitad de hermosa. Y eso me ocurrió estas vacaciones. Llegué a O Porto. Caminé, caminé mucho y llegué al río. Y entonces, me enamoré. Y ninguna otra ciudad del viaje me pareció que mereciera la pena. Y es por eso, quizás, que no supe apreciar Lisboa.



Yo me enamoré de Porto. Y allí, me volví a enamorar de ti. Porque no se me ocurría una ciudad mejor para compartir contigo. Era todo tan hermoso, tan idílico, tan mágico. Que tan sólo faltabas tú.

El Duero te esperaba casi tanto como yo. Se mantenía en calma, majestuoso sin resultar pretencioso, tranquilo, hermoso. El Duero me recordaba una canción que en alguna ocasió oí cantar a ese grupo que me recuerda tanto a ti, ese que fui escuchando todo el viaje para mantenerte presente.


Y al pasear por la ribera y comer en sus terrazas observando las pequeñas embarcaciones que recorrían el río pensé en lo increíble que sería poder compartirlo contigo, alguna vez.
Y soñar era gratis, porque para eso estaba de vaciones. Y en vacaciones todo está permitido.


Y volver despues de varios días y recordar todas esas sensaciones, esos olores, esos sabores, esos sueños. Y querer volver a vivirlos a tu lado. Y resulta que durante el tiempo en el que estuve soñando con verte, tú estuviste en el lugar de siempre, en la ciudad que nos vio nacer y crecer, en las calles que nos unieron. Y según palabras de tu boca, estuviste echándome de menos. Quizás no de la forma en que yo lo hice. Pero a estas alturas notar nuestra ausencia es inevitable. Porque esta ciudad puede que no sea lo mismo para ti sin mí, pero para mí, ningún lugar del mundo será igual si no estás conmigo.

jueves, julio 03, 2008

Contrastes

Y resulta que cuando más lejos te siento, y todo se me asemeja extraño, apareces con esa sonrisa que me hace soñar. Y sonrío, y cuando te acercas, todo vuelve a ser como antes. Y me das un beso mientras me pides otro. Y yo te lo doy sin tan siquiera pensármelo. Sabes que me tienes más ganada que nunca nadie antes. Y a pesar de todo te sigues preocupando por mí. Y yo me sigo derritiendo por ti.

miércoles, julio 02, 2008

Ballet


Siempre he amado el ballet. Siempre he sido una bailarina frustrada. Y aunque me conformé con ser gimnasta amateur, no se me quitará jamás la espinita del ballet. Por eso disfruto tanto viéndolo. Esta noche vuelvo al ballet. Vuelvo a ver ballet después de dos años. Y vuelvo al teatro en el que lo descubrí, y una vez más para ver bailar a un grupo de bailarinas locales entre las que podré ver una cara conocida. Sandra vuelve a bailar. Y yo estaré allí para verlo. Nunca antes la he visto bailar, así que será una noche emocionante. He puesto las pilas a cargar. Espero que mi cámara no falle esta noche. No quiero perderme nada.

martes, julio 01, 2008

Nosotros en Julio

Estás y no estás. Llega ese mes en el que a veces río y a veces lloro. Y es que cada año sucede algo en Julio que lo convierte en imperfecto. Y muchas veces es demasiado tremendo como para eclipsar todos los pequeños buenos momentos. Pero resulta que este año me apetece pensar que no importa todo lo demás. Que empieza el mes y nosotros todavía no sabemos a dónde iremos a parar. Y no me importan todos los conflictos si consigo este mes sentirte un poco más cerca. Más incluso que cuando te cuelas en mis sueños.

silencios

No puedo evitarlo. Apareces en mis sueños aunque no te llame. Y resulta que no importa, que da igual que apriete el Sol o nos asolen las nubes; hace demasiado calor como para pensar en otra cosa que no seas tú. Y me gustaría decirte que mi pecho está cogiendo algo de color, mi pelo se ondula solo y las uñas se me rompen sin darme tiempo a mordérmelas. Los hielos del café se derriten en seguida. Supongo que sucede por la misma razón que me aparecen las pecas en verano. O por la que siempre tengo la marca de las chanclas. Ayer fui a la playa y me cubrí de salitre. Y no pensé en ti a penas excepto cuando alguien te nombró. Y también cuando todo se quedaba en silencio. No sé que tienen los silencios que parece que hables tú en ellos.