martes, junio 17, 2014

Señales en el buen camino



Saber que lo estás haciendo bien, que al fin has acertado. Que muchas veces no tomar una decisión era la decisión más difícil, pero tomar la adecuada parecía vertiginosa. Y lo fue. Pero también un regalo. Quizás porque me ha costado diez años y casi diez meses decidirme a ser feliz, y darme cuenta de que podía hacerlo, y lo estaba consiguiendo. Porque aprender a quererme ha sido más difícil que dejarme querer, pero sin haber hecho lo segundo jamás podría haber intentado siquiera lo primero. Y es que es más fácil ser feliz con tu vida, cuando te enseñan a quererte de verdad. Y eso sólo pueden conseguirlo los que te quieren de verdad. Saber que se acerca el balance más intenso, pero también más positivo de los últimos años. Y sonreír sólo con imaginarlo.