Demasiadas piedras en el camino,
demasiadas curvas sinuosas,
demasiadas vueltas para llegar a quién sabe dónde.
El tiempo es tan efímero como inescrutable el camino
ya no sé cómo ni cuándo llegaré,
ni mucho menos a dónde.
Quisiera disfrutar del camino,
pero, a ratos, se me hace ya imposible.
La espera es demasiado larga
cuando no sabes si tu destino acabará por llegar.