Dicen que quien mucho abarca poco aprieta, y no seré yo quien diga lo contrario a pesar de que siempre fui incapaz de estarme un año relajada haciendo sólo una cosa como cualquier españolito de a pie. Quizás por hiperactividad no reconocida, afán de ser perejil de muchas salsas o necesidad de ocupar el tiempo en múltiples actividades por razones que jamás descubriré el caso es que no sé ser de otra forma.
Y es probable que para muchos acabar una licenciatura con buenos resultados sea algo bastante importante, y que conseguir un master intensivo e interesante en algo que les gusta suponga tiempo, dedicación y muchas ganas. Y el voluntariado, el aprendizaje de idiomás y la vida social sea algo incompatible con dos ocupaciones a tiempo completo. Pero en mi caso no es así.
No tengo más aspiraciones que no desesperar, no pido nada más que solventar con un éxito relativo todas los caminos que he empezado y después soñar que será de mí.