viernes, septiembre 24, 2004

16/06/03

Los años anestesiaron
el dolor de tu recuerdo
y, por casualidad,
mi sentimiento despertó.
Te fuiste sin despedirte, ni un adios,
ni un volveré algún día.
Nada,
sólo el rencor
de un silencio sin razón.
Deje atrás años de mi vida,
los mismos que tú no recordaste luego.
Olvide todo lo que vivimos
y te enterré en mi memoria.
Pero hace poco,
tu nombre surgió
en una conversación inesperada.
Y ahora de nuevo estás aquí.
No te veo,
pero te siento más cerca.
Sé que lo recuerdas todo,
no lo niegues.
Te espero.
No me vuelvas a fallar, amigo.



[han pasado ya muchos años, pero yo no olvido, y si hay algo que tengo que agradecer yo a los hermanos Varela es el que de vez en cuando me traigan por sorpresa esbozos de noticias de mi macarra de Navarra, ese leonés con alma gallega que fue uno de los primeros amigos que he tenido nunca, al margen de mi "hermanito-vecino"; aún me acuerdo de ti, niño]

No hay comentarios: