martes, septiembre 30, 2008

Momentos

Siguen emocionándome tus palabras, sobre todo cuando las diriges solamente a mí. Me encanta que me añores, sí soy egoísta y me gusta saber que hay ciertos sentimientos correspondidos entre nosotros, aunque no sean todos. Me encanta que te emociones al recordar y que sonrías cuando piensas en mí y en cómo estoy llevando las cosas. Adoro que me quieras casi tanto como yo te quiero a ti.

lunes, septiembre 29, 2008

Nostalgia prematura

Me encanta saber de ti.

Pero odio saberte feliz estando tan lejos de aquí.

Tan lejos de mí.

Te echo de menos como jamás pensé que se pudiera añorar a alguien.

Y me inundan los recuerdos a cada paso que doy.

¿Te acuerdas? Solíamos despedirnos siempre en el mismo punto, después de arduas horas de estudio o inolvidables clases de francés. Y siempre había abrazos a los pies de la rotonda de Gonzalez Llanos. Y aunque llegar hasta allí implicaba coger el camino más largo de vuelta a casa, siempre lo hacíamos. Porque lo que nos gustaba era alargar esa parte del camino que hacíamos juntos.

Lucía




Hoy es 29 de septiembre y hace un año se me cayó el mundo. Pero no me apetece hablar de ello. Porque estoy empezando a alzar el vuelo y no quiero recaer pensando en cómo comenzó todo, en por qué hoy debería ser un día duro porque el primer aniversario de cualquier adiós nunca es fácil. Y menos cuando perder a mi abuela sobre todo implicó empezar a perderme a mí misma. Y no me apetece revolcarme en mi dolor. Hoy sólo me apetece hablar de Ella.


De Lucía. Mi pequeña. Todavía la recuerdo recién llegada a aquellas tardes de gimnasia rítmica, todavía recuerdo las bromas de las Lelly Kelly. Y siempre recordaré que era la única de las tres que me caía bien a pesar de todo.


Y con los años y la experiencia se ha convertido en una jovencita absolutamente única y excepcional. Su dulzura sobrepasa los límites de lo permitido, al igual que su bondad; aunque con los años ha aprendido a no dejarse pisotear, no sé si a fuerza de los gritos de Irene para que espabilara o a otros motivos que desconocemos. Y cada día que pasa me sorprende más y mejor, porque cada día es más y más maravillosa, aunque no parezca posible.


Siempre que me pongo a hablar de ellas me quedo corta. Porque verlas crecer ha supuesto mucho para mí. Y gran parte de lo que soy de lo debo a ellas. Y parece que siempre digo lo mismo, pero no quiero que suene a tópico, ni a gastado, porque cada día tengo más claro que las sigo necesitando. Y no es una casualidad que cada vez que empiezo a escribir sobre una de ellas, acabe hablando de todas. Porque a fin de cuentas, somos y seremos siempre un Grupo.


Felicidades princesa

domingo, septiembre 28, 2008

Hoy ... Mañana

Hoy me ha dado por pensar que hace exactamente un año me derrumbé porque comprendí que todo se estaba acabando y que, con suerte, al día siguiente se acabaría del todo. Me ha llevado un año entero comprender que el dolor no había hecho más que empezar.

Lágrimas de arrepentimiento y misericordia

Se sentía solo. Fracasado. No recordaba que hubiera cambiado nada. Siempre volvía a pasar lo mismo. La desesperación siempre le obligaba a hacer estupideces. Y nunca pensaba con la cabeza fría. Le daba la impresión de que en realidad, nunca pensaba. Al menos nunca antes de actuar. Y luego, simplemente, se lamentaba. Parece una posición muy cómoda, pero en realidad no lo era. Por lo menos ya no lo era. Ahora que el mundo parecía cansado de intentar entenderle. Ahora que volvía a sentirse solo, más solo de lo que nunca había estado. Y pensó que ojalá pudiera borrar el último año y medio del calendario. Pero obviamente no podía. Tenía demasiado en qué pensar. Condujo hasta la aldea. Era temprano, aún faltaba demasiado tiempo antes de que llegara el resto de la familia y se plantó delante de la tumba de sus abuelos. Recordó que, con los años, tenía un vago recuerdo de su abuelo. Aún era un niño cuando lo perdió. Y su abuela ... pensó en todo lo que la había hecho sufrir con su comportamiento. Y en cuanto más habría sufrido este último año si hubiera estado todavía viva. Y quiero creer que lloró.
Y al cabo de un rato ella entró en aquel cementerio a poner flores nuevas. Era algo que no le apasionaba. Solía evitar las visitar a los cementerios en los últimos años, pero en realidad pensaba que no le decía nada. Que eran sólo propiedades insulsas. Ninguna de las personas que tanto había querido estaban allí aunque sus huesos reposaran bajo sus pies. Estaban dentro de ella, en cada momento. No sólo en aquel cementerio de pueblo en las fechas especiales. Y al entrar miró hacia aquel pasillo desolador donde estaba la tumba que tan bien conocía desde pequeña. Y allí le vio. Y fue como si un halo de compasión la envolviera de dentro a fuera. Y se acercó, le dio un beso en la mejilla y fue al menos capaz de preguntar: ¿cómo estás? Y sé que debajo de aquellas enormes gafas de sol, varias veces en la tarde, lloró.

sábado, septiembre 27, 2008

Noches y anocheceres

¿Sabes?


A veces pienso que deberían dejar de existir las noches.


Porque hasta en los mejores días al caer la noche me asola la melancolía.

viernes, septiembre 26, 2008

Cambios

¿Sabes?


Todavía soy capaz de ponerme contenta. Y hasta de sentir ilusión.


Puede que nunca deje de amarte, pero empiezo a aprender a ser feliz.

A distancia ...

He de reconocer que hablar contigo y saber de ti, pone un poco de felicidad en mi pequeño mundo de infelicidad. Y no sé por qué sentí que con el otoño y la simple idea de rutinas en el horizonte se alejaba un poco de mi tristeza.


Y saber que me quieres a pesar de todo ...

jueves, septiembre 25, 2008

C.


Y entonces Carla dijo:
-No te pongas triste.
-Ya estoy triste.
-Pues no te pongas más ... si no yo estaré triste también.
Y yo sonreí. Porque no podía quererla más.

MeMe

A petición de Ana os dejo un meme para abrirme todavía más a vosotros que me leéis de vez en cuando ...

6 cosas que me gustan:
- Escuchar cantautores aunque me ponen triste
- Escribir
- Pasear a Zapo con sus dueños, hablando o el silencio
- Encontrarte en las canciones de Amaral
- Aprender francés
- Los fines de semana en tiempo ordinario o especiales
- Las palomitas de maíz recién hechas de la tienda

6 cosas que no me gustan:
- Despertarme con despertador
- Las coles de bruselas
- No ser capaz de no morderme las uñas
- Refugiarme en la tristeza
- Llorar en público
- Sentirme sola



Y a mi alrededor empieza de nuevo a campear el Otoño ...

miércoles, septiembre 24, 2008

Pasados traídos al presente

Me gusta recordar quien fui, pero me gusta todavía más conocer qué queda de aquello que fui. Porque todavía sigo siendo yo, a pesar de todos los pesares. Y ni yo misma podré autoconvencerme de lo contrario. Sé quien fui, y aunque no sepa muy bien quien soy, todavía queda la esencia de lo que fui. Sólo tengo que conseguir que salga a flote, aunque sea a base de retales de Fe.
Me gusta saber que he dejado buen sabor de boca. Recordar que he agradado y que se me ha querido y respetado por mí misma y mis circuntancias. Y saber que puedo seguir siendo querida y respetada por lo que fui, y sobre todo, por lo que soy.

martes, septiembre 23, 2008

recuerdos pronunciables

Estoy leyendo un libro que me recuerda a ti. Y no porque hable de amor. Y no porque me lo hayas regalado. Y no porque te haya gustado. Ni siquiera porque seas un apasionado de cualquier tipo de literatura, porque no es así. No, esa sería yo.

Me recuerda a ti porque lo compré en el mismo sitio en el que compré tu regalo de cumpleaños. Porque pensé en prestártelo cuando lo terminara, y aún lo pienso aunque para ello haya que esperar a Navidad o enviarlo por correo. Porque estoy segura de que te entretendría y gustaría. Y sobre todo porque está escrito en la lengua que juntos aprendimos a pronunciar y en la que empezamos a desenvolvernos. Aunque tú acabes por adelantarme años luz.

Historia de dos



Recuerdo que compré un tipex pocos días antes de que te marcharas. Durante los últimos dos años he estado tomando prestados los tuyos en nuestras horas de estudio. En previsión de tu marcha, y quizás para empezar a asimilarlo me compré uno.
Recuerdo que a los pocos días tu tipex se acabó, y a la espera de comprarte uno nuevo tomaste prestado el mío. En compensación por tantas y tantas veces en que había sucedido lo contrario. Yo acabé los exámenes y tú te quedaste mi tipex.
Recuerdo también que dijiste que me comprarías uno antes de irte. Y supe que no iba a ser así. Que el tipex quedaría en tu estuche y que la primera vez que lo sacarás de él te acordarías de que era mío. Y yo mientras tanto aquí ... tendré que comprarme otro tipex para seguir asimilando la distancia que nos separe.
Pero en algunos momentos, cuando tu uses mi tipex y yo use el tipex que no llegaste a comprar ... podremos imaginar que seguimos estudiando uno enfrente del otro.
Como durante los dos últimos años.

Encuentros


De vez en cuando me gusta encontrarme con una vieja amiga, sentarnos en la mesa de algún bar o cafetería y arreglar el mundo o decidir nuestro futuro a base de palabras no gastadas y sueños inacabados.

Noches difíciles

Desde hace un mes me cuesta pasar una buena noche. Continúan la angustia, la ansiedad y el insomnio nocturnos. Se me hace cuesta arriba eso de dormir, y mucho más el concepto de descanso. Porque mi cabeza ya nunca descansa. Y hay demasiadas ideas absurdas que pasan por ella, y otras que quizás no lo sean tanto. Me esfuerzo, y mucho, por estar bien, pero no es fácil. Y desde luego no lo consigo. No, no estoy bien. No lo estoy, pero no dejo de esforzarme por estarlo. Estos días son una verdadera montaña rusa y tengo más altibajos que los exámenes de geografía de cualquier curso de primaria. Todavía me tiembla el pulso cuando estoy parada y a veces me flaquean las piernas. El dolor de cabeza ya se ha convertido en perenne. Y sigue siendo todavía todo demasiado difícil. Y odio que mi cuerpo no sea capaz de separar mi salud física de la mental.

lunes, septiembre 22, 2008

Algunos buenos propósitos

Me gusta saberte bien. Y aunque pueda llorar y reír a la vez al saber de ti, creo que el saberte bien no hace más que ayudarme a sentirme bien. Y eso es algo que me carga de energía, justo en el momento en el que no la tengo desde hace ya demasiado tiempo.
He estado extenuada hasta la saciedad de mí, de mi vida y de mis circunstancias. Y estoy a día de hoy, todavía, cargada de tristeza, desilusión, desgana y un horrible sentido de la realidad que me quema las entrañas.
Pero a pesar de todo, quiero creer que no puede ser peor. Sé que puede serlo, pero quiero creer que no lo será.
Y quiero creer que a partir de ahora todo irá a mejor, y me esforzaré porque así sea.
Aunque mis ojos sigan siendo tristes aunque sonría.
Aunque echarte de menos rodeada de ansiedad sea absolutamente inevitable.

Las distancias y nosotros


He de reconocer
que saber de ti hoy
me ha hecho llorar y reír a la vez.

principios de nuestros finales

Tengo todavía un poquito de esa angustia que hace que me pregunte cómo estás. Si habrás llegado bien, si te encuentras a gusto, si Lovaina es tan bonito como esperabas, o cómo te sientes. Si te sientes solo, si te tratan bien los belgas, si el piso es decente y si me/nos echas de menos. Y mientras mis pequeños duendecillos mágicos se dedican a inyectarme optimismo en vena, sólo puedo seguir mirando hacia adelante intentando sonreír. Eso sí, sin dejar de echarte de menos.

domingo, septiembre 21, 2008

Elena, mi tía abuela


Un año sin ti. Sin el tintineo de tus pulseras al mover las muñecas. Sin verte pintarte la raya del ojo cada mañana a velocidad de vértigo. Sin tus confusiones entre generaciones. Sin tus llamadas a horas intempestivas. Sin tener que hablar a gritos para que escucharas. Sin verte en tu sillón mirando por la ventana a los ferrolanitos pasar. Sin que ejercieras de matriarca en las comidas familiares. Sin tus: ¡nena! Sin ti.
Y no sabes lo dura que ha sido tu ausencia. Y todo lo que ha supuesto para nuestra familia. Pero tu memoria y tus deseos se cumplirán cueste lo que cueste.

Anoche salí. Tomé un par de cervezas y pensé en ti, y en la distancia física y emocional que nos separa, y me puse triste. Y luego pensé en mí, en mis sensaciones de estos días, en mi creada Soledad y en lo lejano que siento a mi mejor amigo justo antes de que se marche. Y lloré. Y le lloré a ella, la que siempre me escucha, la que mejor me entiende. Y quiso poner en esa noche un toque de cordura a mis desequilibrios y paranoias. Y lo consiguió. Y seguí bebiendo a pesar de todo. Y tomé tequila y otras cosas, y me olvidé por un momento de ti y del mundo. Pero al llegar a casa y tumbarme sola a reflexionar en mi cama, volviste a aparecer.

sábado, septiembre 20, 2008

melancolías

Tendré que poner todo mi empeño en conseguir centrar mi atención en las pequeñas cosas de la vida que me provocan esas pequeñas sonrisas que evitan que caiga una y otra vez en la absurda melancolía que me provoca tu ausencia. Te echo tanto de menos que hasta me duele respirar. E intento endulzar todas esas lágrimas que no me permito derramar. No me quedan vidas en las que encerrar todo el amor que te he regalado.

Actos reflejos

¿Sabes? No tengo todavía esa capacidad de decir te voy a echar de menos, pero sólo como lo que eres, porque mi metabolismo y su desequilibrio se encargan de contradecir mis esfuerzos a base de irregularidades forzosas. Y yo sólo puedo permitirme echarte de menos hasta cierto punto. Sobre todo hoy, que todavía es el primer día del resto de nuestras vidas.

jueves, septiembre 18, 2008

Que nunca me gustaron las despedidas

Odio las despedidas. Las odio aunque sean fugaces para evitar las lágrimas. Aunque haya besos y abrazos y cariño embotellado en a penas unos segundos. Las odio aunque intentemos quitarles importancia, aunque lleve gafas de sol bien grandes para que no veas mis ojos. Las odio aunque sea incapaz de susurrarte algún te quiero, aunque me grites que me vas a echar de menos mientras te alejas. Las odio porque significan que no volveré a verte hasta que la Navidad nos coja por sorpresa.

Sensaciones extrañas

Mi cuerpo es sabio, al igual que mis sentidos. Hoy se ha levantado destemplado, taciturno, melancólico, solitario y con muy pocas ganas. Si por él hubiera sido nos hubiéramos tapado con una manta hasta que fuera domingo por la mañana. Sí, hubiera sido un buen plan. Porque por muchos bocadillos de nocilla que me traiga el chico de la guitarra para mimarme y por muchas fotografías que haga con mis niñas para que consigan hacerme sonreír, no va a cambiar el hecho de que hoy será el último día que te abrace hasta la próxima Navidad. Y eso ninguna de las partes de mí lo lleva bien.

miedos

Me da miedo que te marches. Sí, me da miedo no verte cada día, me da miedo no poder abrazarte en tres meses, me da miedo pensar que vivirás mil vidas y que por mucho que digas que me echarás de menos no lo hagas tanto. Me da miedo perder prácticamente lo único que he ganado en estos dos últimos años en los que parece que me he dedicado a perderlo casi todo. Me da miedo, mucho miedo. Hace tiempo que no tenía este miedo, ni ningún miedo parecido. Y es que estos días son demasiado raros. Como si todo estuviera cogido con pinzas, como si todo hubiera sido un sueño, como si la vida fuera a resquebrajarse todavía más de lo que lo había hecho.
Y es que más que miedo tengo terror. Porque últimamente siento que él ya no me necesita. Y eso no es bueno cuando yo todavía sigo necesitándole tanto. Sobre todo ahora, que Tú te vas. Tienes demasiadas ganas de irte, lo sé. Y lo entiendo. Si estuviera en tu lugar yo también querría irme. Pero teniendo en cuenta que una vez más, soy yo la que se queda, daría lo que fuera por que te quedaras.
Y es que no soporto la idea de alejarme de ti. Y pese a ello, y pese a lo que supondrá, sé y sabes que necesito despedirme.

miércoles, septiembre 17, 2008

Descuentos


¿Y si empezamos a olvidarnos de las tensiones?
Nos quedan menos de 48 horas para separarnos
y parece que las cosas se tuercen a nuestro alrededor.

Quererte así


Me conformo con que deje de doler.

acallando silencios


No sé que tienen tus ojos
que cuando me miras me quedo sin palabras
y cuando estoy a tu lado
el tiempo vuela,
y que cuando me preguntas: por qué estoy triste,
no sea capaz de decirte:
porque jamás podrás quererme como yo quisiera.

martes, septiembre 16, 2008

*


He de reconocer
que si tú me miras
me cuesta mucho menos sonreír.

Sonrisas, distancias & promesas

Es evidente que desde hace unos tres años me paso las distancias por el forro de la chaqueta, pero de vez en cuando no viene del todo mal recordarlo. No estoy bien, no puedo estar bien del todo hasta que supere esto. Y yo lo sé, y tú lo sabes, y hay otras personas que lo saben. Y hay personas que lo intuyen, que lo sienten de cerca, pero lo impresionante es quien se da cuenta a cientos o a miles de kilómetros de distancia por mucho que yo me emperre en ocultarlo.
Anoche estaba llorando y F. me hizo reír desde el centro del país. No sólo sonreír. Me hizo reír, entre lágrimas amargas fui capaz de reírme. Aunque fuera a base de chistes malos. Y lo hizo porque se empeñó en hacerlo. Porque está convencido de que sigo siendo yo, aunque me cueste salir de esta espiral. Porque dice conocerme y no soporta verme así. Le quise tanto. Y le sigo queriendo, obviamente. Fue a la persona a la que más quise antes de conocerte a ti. Y a pesar de todo, olvidarle y seguir queríendole de esta manera fue mucho menos duro de lo que se me antoja contigo. Quizás porque pasó cuando tenía que pasar. Quizás porque no había llegado tan lejos mi entrega. Y pensé que sí, que él y yo nos merecíamos que volviera a ser la que fui cuando él me conoció.
Y después de reír y de proposiciones que no terminaban de cristalizar M. dijo que me haría espabilar desde el otro lado de la ría. Y me contó pequeñas historias que me hicieron sonreír, y me habló de su pequeño y su uniforme de escuela y sentí una especie de pequeñita ilusión que no sentía desde hace demasiado.
Y un ratito más tarde P. me habló desde el otro lado del charco. Y notó que no era la misma de siempre. Empezó diciendo que le costaba hablar conmigo porque me echaba tanto de menos que se emocionaba. A esas alturas yo ya lloraba como quien se muerde las uñas, y no podía parar. Y no quise hablar porque no quería entristecerla, porque estaba demasiado lejos como para verme y saber cómo estaba yo en realidad. Pero finalmente fue inevitable. Porque cuando creas un vínculo de ese modo con unas personas, acabáis conociéndoos hasta tal extremo que resulta imposible mentir, engañar, ocultar o simplemente no ser totalmente sinceras. Y me hizo una promesa e hicimos un trato y yo le hice otra promesa.
Y me sentí tan querida, y recordé también que tú me querías tanto que no podía seguir malgastando mis días compadeciéndome de mí misma. Pero sigue siendo tan difícil ... sobre todo ahora, que Tú te vas.

lunes, septiembre 15, 2008

Manías Mías

No deja de sorprenderme que tengas esa capacidad de detalle para conmigo. Tú que llevas por bandera el déficit de atención a su máxima expresión.

Y te fijas por ejemplo, en que cuando cenamos en el chino siempre hay un momento en el que dejo de comer porque no puedo más, y después de un rato de apacible charla vuelvo a picotear más por gula que por necesidad. O cuando compartimos mesa de estudio en la biblioteca, que es cada día, y me levanto a llenar el botellín de agua o a lo que sea que me levante y meto la silla para dentro.

Son manías que tengo y no me doy cuenta.

Y a ti no se te escapa ni una.

Como la de que suspiro demasiado a menudo.


Pero de esa sí soy conscientey no es precisamente una manía
sino un acto involuntario que surge más de ti que de mí.

Hoy

Hoy volviste a abrazarme. Hoy volviste a mirarme de esa manera que me desarma. Hoy volviste a preguntarme cómo estaba yo. Hoy volviste a decirme que tenía que seguir adelante, que tenía que sonreír, que tenía que dejar de compadecerme de mí misma, porque sólo me estaba haciendo daño. Tienes razón, casi siempre la tienes en esta clase de cosas, y sobre todo cuando se trata de mí. Y lo sé. Y sabes que ya lo sé. Pero una cosa es saberlo y otra poder hacerlo de la noche a la mañana. Con tiempo ... ya sabes ... desaparecerán las nubes negras.

Despedidas

Y empieza la semana más dura, en cuanto a lo que a despedidas se refiere. Anoche me despedí de B. con un abrazo en el coche después de una noche de domingo al más puro estilo años 90. No volveré a verla hasta Navidad porque es lo normal. La voy a echar mucho de menos. Y aunque con ella las distancias a penas se notan porque nos comunicamos constantemente, resulta difícil no tenerla al lado cada día.
El miércoles me despediré de C. porque el jueves se marcha. El papeleo es complicada y todavía hacemos bromas con que la van a repatriar. El sábado nos despedimos de las noches de verano juntas, pero todavía nos queda la despedida difícil, la real. Seguro que la volveré a ver en Navidad, pero con las ofertas de los vuelos a Milán quién sabe si volveré a verla antes. Ojalá sea así.
Y ese mismo jueves, y quizás también el viernes me tocará despedirme de ti. Y eso será devastador. Porque te marcharás como estaba previsto, en la fecha que estaba prevista. Pero nada de lo que ha ocurrido estas tres últimas semanas estaba previsto. Al menos por mi parte. Y sé que para ti tampoco, al menos todo. Pero, ¿sabes? en realidad importa poco. Porque no cambia el hecho de que te vayas, de que yo no quiera que te marches y de que te vaya a echar infinitamente de menos cada día. Porque si estas tres semanas fueron difíciles contigo, los tres meses siguientes se me antojan imposibles sin ti. Y ha quedado demostrado que mi capacidad depende de mis ganas. Y se me han ido gastando hasta tal extremo que me siento incapaz de recuperarlas.
Y además, no soporto las despedidas. Y me has dicho que no llore. Pero necesito decirte hasta siempre y llorarlo. Y pensar en la Navidad y sus reencuentros.
Y es que no sé que tiene septiembre que siempre hace que se desarrolle a pasos agigantados mi espíritu navideño.

domingo, septiembre 14, 2008

Manual de subsistencia Volumen I

¿Te acuerdas de las utopías? Solía creer en ellas, sobre todo cuando se trataba de nosotros. Cuando me sonreías, cuando me mirabas desmontando todas mis armaduras emocionales, cuando me guiñabas un ojo y sentía que se paraba el mundo. Y yo quería soñar y no dejar de hacerlo aunque la vida se hubiera encargado de haberme hecho entender que no iba a ser tan fácil. Y sin embargo, seguí creyendo que había cosas que eran inevitables, pero que en realidad no había nada imposible. Y resulta que me equivocaba. Y no podía ni imaginarme lo duro que sería. Y duele que el mundo entero se empeñe en recordarte y en preguntarme por ti a cada paso cada noche que intento no pensar en que impregnas con tu esencia cada uno de los poros de mi piel.

sábado, septiembre 13, 2008

Y no amanece

Sabía que eras parte de mí,
lo que no sabía era que ya no soy sin ti.

Porque no puedo arrancarte de mí
porque en cada paso que doy
porque en cada mirada que pronuncio
porque en cada pensamiento que me asola
tú siempre estás ahí.

Y entonces cierro los ojos
y siento
y pienso
y el mundo se me antoja
demasiado desolador sin poder soñarte.

Malos tiempos

-No importa, si es que yo soy así de depresiva
-No digas eso
-¿El qué?
-Que eres depresiva. No lo eres. Simplemente estás en una mala racha.
-Ya. Y además escucho cantautores, que según el estudio aquel genera gente triste.



Tendré que empezar a escuchar soul. Y dejar de esperar que el sol regrese a base de tequilas.

viernes, septiembre 12, 2008

sinsentidos

¿Cómo puedes preguntarte y preguntarme si te voy a echar de menos cuando ya no estés aquí, si desde que te conozco todos y cada uno de los latidos que da mi corazón pronuncian tu nombre?

Y como Mon me ha nominado, y es mi lectora más fiel desde hace apuf o más voy a hacer por tercera o cuarta vez ya el meme musical con títulos de canciones. Y siempre lo hago con alguien diferente. Esta vez toca Marwan.

¿Eres hombre o mujer?: Retrato del desamor
Descríbete: Hablemos de mí
¿Qué sienten las personas acerca de ti?: Mi paracaídas
¿Cómo te sientes?: En tiempos imperfectos
¿Cómo describiría su anterior relación sentimental?: Principio y fin
Describe tu actual relación con tu novio/a o pretendiente: Bancarrota
¿Dónde quisieras estar ahora?: Hace 10 años
¿Cómo eres respecto al amor?: Palabra por palabra
¿Cómo es tu vida?: Cómo decirte
¿Qué pedirías si tuvieras sólo un deseo?: Yo sólo quiero
Escribe una cita o frase famosa: "nunca hago todo lo que debo y sólo he estado al día en dejarlo para luego"
Ahora despídete: ¿Qué pasa?

jueves, septiembre 11, 2008

Amor&Dolor

Duele. Y seguirá doliendo hasta que inevitablemente deje de doler. Supongo. El dolor es tan difícil de explicar y, sobre todo de experimentar, que nadie se ha atrevido nunca a aventurar hasta dónde es capaz de llegar. Y llega muy lejos ...
Hoy he leído en el rincón de alguien muy cercano a ti una frase de alguien a quien admiro que decía algo así como que el Dolor era bueno porque significaba que había Amor. A partir de ahí he llegado a la conclusión de que te he amado hasta límites insospechados.
Porque no puedes ni imaginarte cuantísimo me está doliendo ...

Mis Niñas


Os necesito.
Necesito que me volváis a sacar la sonrisa,
esa que me cuesta tanto encontrar estos días.
Necesito veros hoy y sentiros parte de mí,
como siempre ha sido.
Necesito volver a aprender de vosotras
como antaño
como cada vez que he intentado enseñaros a vivir.
Os necesito, en definitiva.
Y aunque hoy no pueda estar con nosotras,
Pilar también estará presente.

miércoles, septiembre 10, 2008

In.Capacidad


Porque estos días me siento más Incapaz que nunca.
Y cuando os marchéis siento que no volveré a ser Capaz jamás.

Todavía

Sigue siendo demasiado difícil. Lo reconozco. Todavía cuesta un mundo. Todavía duele. Sé que habrá un día en el que deje de doler. Bueno, no lo sé; pero quiero pensar que es así. Sigue siendo tan difícil ...
Y el reloj ... no se detiene ...
y pasan las horas
y cada día que pasa ... es uno menos.

siempre

No importa lo hundida que esté


siempre sacaré fuerzas para poner mi mano en tu hombro y preguntarte: ¿estás bien?


aunque se trate de Ti.

Fe y Eternidad

Siempre he sido mujer de Fe, de Fe tan grande que lo ocupa Todo, y que cuando todo lo demás falla, se expande hasta completarme de Arriba a Abajo. Siempre he creído en la Gloria Eterna y que la Felicidad plena no podía ser alcanzada en este Mundo. Siempre se me ha llenado la boca con las canciones que hablaban del Amor Más Allá de la Vida y Más Allá de la Muerte.
Y Hoy, más que nunca, empiezo a creer que en realidad, es así. Y que cuando lleguemos ahí Arriba y nos liberemos de las presiones corporales y circunstanciales y sólo queden nuestras Almas, nos amaremos Eternamente.

Dime

Dime cómo hago ahora para extrapolarte de todas las canciones de las que ya formas parte; cómo las escucho sin ti, como te pienso sin tararearlas.
Dime cómo te hago desaparecer de los rincones, cómo no voy a sentirte en los momentos que siempre fueron tuyos y yo quise que fueran nuestros.
Dime cómo depuro tus recuerdos si eres la parte más completa de mí misma.
Dime cómo me libro de esta hipoteca que mi corazón estableció contigo haca ya tantas y tantas Lunas.

martes, septiembre 09, 2008

asumiendo

Ayer me compré un tipex.


Ha sido la forma más trivial y estúpida de asumir que realmente te marchas.


Pero ha sido la única que me ha abierto los ojos.

lunes, septiembre 08, 2008

Suso



Hoxe vai por Suso. Porque xa ten un aniño máis e so por iso merece unha mención especial.


Coñezo a Suso de vista e de oídas dende que cheguei á facultade o primeiro ano. Era Suso o do Choio, o que compartía pensión con María Benitez. Cos anos acabou sendo susiño sen mais.


Bueno, sen máis non. Suso é unha desas persoas que canto máis coñeces, máis te das de conta que ten por coñecer. Nestes dous últimos anos que nos coñecimos máis, compartimos horas de estudo e descanso no aulario, algún café ou bocata que outro, conversas sobre música ou sobre mil cousas máis, concertos, festas diurnas e nocturnas, comunicacións virtuais. E todavía queda tanto por descubrir del.


Suso é enxeñeiro industrial, ben, está en proceso de selo. E escolleu a especialidade que non escolle ninguén. Está claro que non é como os demais.


Suso é deportista cen por cen, non de élite, pero porque non quere. Poucas persoas coñezo que o sexan hasta tal punto. Vino xogar ao futbol mil veces (e gañar cos calcetíns da sorte) na liga universitaria, correr por diante da miña casa centos de noites, e dende logo non é nada raro que vaia a todas partes na súa bici.


Ademais, Suso é un artista dos pés á cabeza. E non o digo por quedar ben con el porque saiba que o vai ler, senon porque de veras penso que é así. Suso canta, Suso escribe, Suso toca, Suso compón. Suso fai todo o que lle saia de dentro, que é moito. Ademais, é un rapaz moi comprometido con moitas causas, sobre todo con todo o que teña que ver coa música e coa cultura.


Suso empeza a falar de música e quédase só, porque ten tanto que aportar que nunca haberá tempo suficiente. Suso ten un grupo que se chama Os Blueshomes que a mín persoalmente me gustan moito. E recoñezamos que non é o meu estilo de música favorito (aínda que en realidade cos anos creo que me gusta xa de todo). Pero teñen algo que me gusta nos artistas, e é que son diferentes a calquera cousa que eu puidera escoitar ata o de agora (aínda que a miña cultura musical xa sabemos que non é tan vasta como debería, pero pouco a pouco imos mellorando iso).
E podería dicir mil cousas máis, porque como dixen unha vez, eu empezo a falar de Suso e non paro. E logo ao rapaz lle saco as cores e non é plan. Temos moitas cousas en común e moitas máis que iremos descubrindo seguro. Gústame cruzarme con el polo campus porque sempre ten un sorriso ou algún comentario agradable.


Hoxe é o seu día, e so quería contarvos un pouco como é. Algúns xa o coñecedes e todo o que escribín xa o sabedes de sobra. Para o resto, agora xa sabedes algo máis deste rapaz de Meira que inevitablemente, aquí e alá, cae ben a todo o mundo.



FELICIDADES SUSO!

(e sorte pra mañán!!!!)

Todavía

Tenía unas manos bonitas. A pesar de que se mordía las uñas y las tenía siempre llenas de tinta o de tipex porque jamás esperaba a que se secara antes de pasarlas por el papel. A ella le encantaban sus manos a pesar de todo eso. Y le encantaba sobre todo cuando tomaba sus manos entre las suyas simplemente porque le sentía aún más cerca.


Tenía el pelo muy negro, y rizado. Solía dejárselo crecer hasta que él mismo consideraba que era excesivo y se lo cortaba bien corto. Antes no se dejaba barba casi nunca, pero con los años le cogió el gusto a no afeitarse en unos días. Y le daba un aspecto mucho más sensual y desenfadado.

Y luego estaban sus ojos. Y ella no podía mirarlos todavía sin sentirse parte de él.

Recordando

Me gusta de vez en cuando recordar quien fue. En realidad, me gustó ser quien fui, no sé si más o menos de lo que me disgusta en ocasiones ser quien soy. No puedo decir que me sienta orgullosa de mi manera de hacer determinadas cosas. No, definitivamente no lo estoy. Recuerdo que una vez sí lo estuve. A pesar de los pesares. Me gusta mi barrio por eso. Porque en él puedo estar paseando tranquilamente una mañana laborable y encontrarme con gente que me conoció antes. La que me conoció siempre. Y hablando con ellos puedo recordar quien fui. Y recordar que hubo un tiempo en el que tanto yo como los demás estuvimos orgullosos de que yo fuera así. Y en esos momentos siento la fuerza suficiente como para cambiar las cosas. Como para no ser la que fui, pero sí llegar a ser alguien de quien merezca la pena estar cerca.
Y es que hoy más que nunca necesito volver a quererme.

El significado de los nombres

Dicen los expertos en esto que los chicos como tú son ardientes. Yo nunca dudé de la pasión que encerrabas dentro de ti. Y nunca desee tanto disfrutarla. Dicen que eres de naturaleza tranquila, que no conoces la prisa o la precipitación. En ocasiones, realmente eres así, como se supone que debes ser. He de decir, sin embargo, que te falla la intuición. Lo que jamás te falla es la fidelidad y el afecto. Adoro esa parte de ti. Es cierto también que guardas la calma y sonríes en los momentos de absoluta tempestad. Y es una de esas cosas que más me gustan de ti. Y esa parte hogareña que yo también tengo. Y que sabes que hubiera matado por haberla compartido contigo.

domingo, septiembre 07, 2008

Largos domingos

Cierto es que en este pueblo en el que nacimos los domingos son grises incluso en verano. Las calles se vacían más de lo habitual y las pocas cafeterías que abren no le quitan ese aire de ciudad fantasma que atrae y repele por igual. Cierto es que las tardes de domingo te quitan las ganas de empezar otra nueva semana. Pero no es menos cierto que a mí sus mañanas me dan la vida. Aunque empiecen tarde y con demasiado cansancio. Aunque me asuste recordar o no recordar por qué los sábados son tan peligrosos. Aunque sepan a despedidas.
Los domingos por la mañana me dan la vida porque el día de la semana que durante todo el año me siento a gusto conmigo misma y mis circunstancias. Porque no importa que todo lo demás vaya mal. Porque si puedo refugiarme en ese segundo hogar del que formo parte en la misma media que forma parte de mí, no importa nada más. Porque es el único aspecto de mi vida que se mantiene inquebrantable y entero. Y el único que hace que salgan a flote todos los demás.
Porque aunque se esté cerrando este ciclo, hay cosas que jamás cambiarán. Y sigo teniéndote presente en los pasos que doy y en los que no sé dar.

sábado, septiembre 06, 2008

Reflexiones de sábado a la hora de la siesta

Es evidente que hay cosas que no pueden cambiar de la noche a la mañana, y por muchos litros de alcohol que corran por mis venas, hay ciertos pensamientos que no desaparecen. La consciencia, y sobre todo la subconsciencia, es un campo demasiado complicado para adentrarnos en él sin experiencia previa ni un par de tequilas encima, por ejemplo. Es curioso cómo hay momentos en los que perdemos la noción del tiempo y del espacio, y perdemos el sentido y la razón, y nos dejamos llevar por la música que suena en nuestras cabezas y las circunstancias que nos rodean; y sin embargo, aunque no seamos capaces de articular palabra o pensar con sensatez, hay algo en nuestro interior que nos recuerda quienes somos, qué buscamos y qué es lo que nos mueve a actuar, a sentir, a opinar, en definitiva, a vivir. Y nos recuerda, muy a nuestro pesar en ocasiones, qué amamos y por qué no podemos encontrar la felicidad plena en esta vida terrenal.

jueves, septiembre 04, 2008

Scchh

Dicen que uno no puede dejar de soñar porque entonces se muere. Será por eso que durante todos estos días me sentía morir un poco. Pero lo que está claro es que quien tiene razón la tiene. Y aunque pierda la ilusión sé que volveré a recuperarla, y aunque se mueran mis sueños, tendré más. Porque lo que se me permite perder es la capacidad de soñar. Y sé que es así porque a pesar de la desilusión me cuesta volver a poner los pies en el suelo. Aunque a lo mejor es porque eso no lo he hecho nunca, y no fue más que otra ilusión. Siempre me he perdido entre mis sueños, y Nunca Jamás fue el refugio de cuando huía de la soledad encerrándome en ella. Nunca he sido muy consciente, ni consecuente. La inocencia la perdía por momentos, pero siempre acababa recuperándola. Porque hay cosas que no me apetece asumir, aunque sepa que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Ojalá no existiera la desilusión, ni las barreras. Ojalá bastara con desear un sueño para convertirlo en realidad. Es tarde, es hora de soñar. Espérame, que en seguida cierro los ojos para volver a abrazarte.

Adelante

Hay una buena cantidad de cosas que debo hacer para salir adelante, en las que emplear mi tiempo para ser lo que fui. La primera, más urgente y primordial es la de sonreír. Ya te has encargado por activa y por pasiva de recordármelo. Y realmente es fácil si estás a mi lado dándome ejemplo. Y parece que cantar a voz en grito las canciones que hablan de dolor no deberían ser un buen remedio. Pero desahogan, y mucho. Y eso ya es suficiente. Y además no me borra la sonrisa. Aunque no lo entienda ni siquiera yo. Sin más. También debería cultivar los idiomas, los de siempre, los de ahora y desenvolverme aquí y allá con el mismo desparpajo. Y acabar con lo que me ata. Seguir adelante, dejando atrás lo que me quita las ganas, huir de los muros que me acorralaban y todavía no han dejado de hacerlo del todo. Pero ya sin presiones. Simplemente con ganas de no dejar de caminar, mirando hacia delante. Porque sé que pase lo que pase en mi vida, no dejarás de estar a mi lado.

Recuerdos y canciones

Todavía no has dejado de estar en las canciones. Ayer no podía dormir y en cada acorde que escuchaba acababas apareciendo. Será esa sonrisa tuya que lo llena todo. Y me puse a recordar. Y a leer todo lo que había escrito sobre ti estos últimos dos años, pensando también en cómo te sentirías cuando lo leyeras ahora que todo está tan manido. Y es que te quise tanto ... que me cuesta entender cómo puede ser este el principio del fin. Porque todavía te quiero. Y aunque cambie la forma, jamás dejaré de hacerlo.

No está permitido dejar de sonreír

He de reconocer que me sigue costando levantarme por las mañanas. Pero una vez que lo consigo, pienso en tu sonrisa y recuerdo todo lo vivido y pienso en lo que me queda por vivir, no sé por qué pero acabo sonriendo yo también. Sabemos que es duro, pero tú lo haces mucho más fácil.
Ayer tuve una conversación con alguien muy importante en mi vida, alguien a quien quise mucho, más que a nadie antes de que llegaras tú, alguien a quien sin darme cuenta aprendé a querer de otra manera sin traumas, simplemente con el paso del tiempo. Y filosofamos de la vida, como siempre solemos hacer. Es porque los dos siempre tuvimos almas de poetas. Dos espíritus románticos que no fuimos capaces de encontrarnos suficientemente bien en el tiempo o sabe Dios en qué. él dice que sigue siendo el mismo, pero que aprendió a poner los pies en el suelo. Me hizo prometerle que por mucho que cambiara, jamás perdiera mi capacidad de soñar.
Me hizo pensar mucho. Durante estos días me había quedado sin sueños. Le dije que ya no sabía ni quien ni cómo era yo a estas alturas. Él se dio cuenta de que seguía siendo yo. Su chica transparente que no soportaba serlo. Quiso que se lo prometiera. Y le dije que lo intentaría. Que ya es más de lo que hace diez días podía imaginar.
Dejar que la quieran a una es una buena medicina. Es por eso por lo que a pesar de que quizás podría haber necesitado un espacio, en realidad no lo quise. Porque además, si me paro a pensar, en dos semanas escasas habrás echado a volar. Y no está la vida como para desperdiciar días sin estar a tu lado.

miércoles, septiembre 03, 2008

De querer y volver a querer

No es fácil eso de volver a buscar nuevas formas de quererte. A lo mejor no necesito eso. A lo mejor sólo puedo conformarme con transformar las que ya siento. Es como esa canción de Drexler de la que siempre hablo. Estoy segura de que contigo nada se pierde, todo se transforma. Y por ejemplo podría hacer una lista de las cosas que me gustan (que me encantan) de ti y que me pueden seguir gustando (y encantando). Como tu sonrisa, tus rizos o tus abrazos.


Me gusta que me digas que soy increíble porque tengo tiempo a todo, aunque no sea verdad, que te gusta la forma en que me entrego a los demás o que admires las cosas de mí que yo creo que en realidad no son admirables.

Me gusta que vengas a verme en los descansos y me gusta que sonrías cuando me ves. Y me gusta todavía más que quieras que yo haga lo mismo.

Me gusta cuando pides el café muy cargado, aunque ahora te hayas pasado al descafeinado y que lleves la merienda a la biblioteca. Me gusta también cuando hablas en voz alta y ni siquiera te das cuenta.

Me gusta que me robes los rotuladores mientras yo te robo el tipex. Me gusta que uses agenda y que me hayas regalado la del próximo año. Ya que no vas a estar aquí, al menos nuestra agenda cuidará de mí. Y me recordará que cuando te marches, tendré que comprarme un tipex porque no tendré a quien robárselo.

Me gusta que te pasees descalzo ensuciando los calcetines y que siempre rellenes el agua en la fuente. Me gusta pasear contigo, hablar contigo, cenar contigo.

Me gusta que leas mis cosas y me conozcas mejor. Me gusta que ya no haya secretos y que no tenga que esconder mis palabras. Me gusta que nuestra confianza haya sobrepasado los límites de lo permitido.

Y sobre todo me gusta quererte y que me quieras. Y no dejar de querer hacerlo.


Caminar

El mundo siempre gira. Da vueltas sin pararse, nunca se para. A veces tenemos la extraña sensación de que el tiempo se detiene. Pero no es así. Si pensamos eso es porque nos hemos quedado dormidos. Y cuando despertamos todo queda demasiado atrás. Y nunca, nunca, nunca se puede volver atrás. Es de dos más dos. Y es por eso por lo que no podemos permitirnos estar parados. Aunque para volver a caminar tengan que empezar por llevarnos de la mano hasta el camino.
(sí, la última frase tiene mucho que ver con mis conversaciones con Mon)

Re-surgiendo

Hoy me siento mejor. Es fácil tener energía cuando tu sonrisa está a mi lado permanentemente. Y es que a pesar de todo, sigues dándome las fuerzas necesarias para no caer. Y aprender a quererte sólo como tú me quieres es mucho más fácil cuando me abrazas así.

martes, septiembre 02, 2008

Quererte, necesitarte y ser feliz

No sabes hasta qué punto es importante saberte bien cerca. En los momentos difíciles, en los más duros trances, y ensalzando juntos cualquier atisbo de felicidad que amanezca en nuestros corazones. No sabes hasta qué punto te necesito.

Cicatrices

Abrir la caja de pandora es como quitar una tirita. Rápido e indoloro. Pero una vez abierta ... todo se desparrama. Y tenemos que aprender a volver a recopilarlo. Pero sinceramente, creo que el mejor mercurocromo son tus abrazos.

Cuando asola Septiembre


Septiembre es un mes difícil. Siempre lo ha sido. Y parece que cada año intenta superarse, aunque sea practicamente imposible. Septiembre y melancolía siempre van unidos en mis recuerdos. Y sigo sin poder concebir el uno sin la otra. Y esta vez, ni siquiera hay rutinas a las que volver. No quedan ilusiones, no quedan sueños. Y me esfuerzo en buscar mi sonrisa en el fondo de tus ojos cuando me pides que no deje nunca de hacerlo. Y me cuesta casi tanto como respirar.

Aunque duela

Y sé que tienes razón, aunque no sepas más de lo que yo te he dejado saber. Y tenemos todavía muchas causas pendientes. Y palabras. Y conversaciones difíciles que entre los dos somos capaces de hacer más fáciles. Y aunque duela, y siga doliendo como pocas cosas antes, he de confesarte que eres el mejor de los analgésicos. Quiero que sonrías, quiero que nada más verme pongas una sonrisa de oreja a oreja, dices. Como las que siempre has puesto tú cuando yo llegaba. Y siempre procuro hacerlo. Aunque me duela.

lunes, septiembre 01, 2008

Nosotros

Y en realidad, puede que todavía nos queden muchas cosas que hablar. Puede que yo tenga todavía mucho que decir, y mucho más que escuchar. Puede que ya no debamos dejar más lugar a la intuición, y al yo creí que sabías que ... Puede que aunque la partida esté más que acabada, merezca la pena enseñar las cartas. Aunque sólo sea para saber hasta dónde podía haber llegado la jugada. Porque te quiero, y me quieres. Y tenemos que seguir alimentando esta base de confianza que sostiene la amistad que nos une y unirá siempre. Y porque yo necesito volver a dormir bien por las noches, y sobre todo, necesito deshacerme de la desilusión antes de que pasen otros dieciocho días y tenga que decirte adiós de una forma más física que la anterior.

*


Hay gente que muere de amor, ¿no?
Pues yo estoy empezando . . .

No quiero

No quiero volver a echarte de menos antes de que te hayas ido. No quiero hundirme si no te tengo cerca. No quiero darle explicaciones al mundo de por qué esto es tan difícil.

Yo sólo quiero que no dejes de quererme a tu manera