domingo, septiembre 21, 2008

Elena, mi tía abuela


Un año sin ti. Sin el tintineo de tus pulseras al mover las muñecas. Sin verte pintarte la raya del ojo cada mañana a velocidad de vértigo. Sin tus confusiones entre generaciones. Sin tus llamadas a horas intempestivas. Sin tener que hablar a gritos para que escucharas. Sin verte en tu sillón mirando por la ventana a los ferrolanitos pasar. Sin que ejercieras de matriarca en las comidas familiares. Sin tus: ¡nena! Sin ti.
Y no sabes lo dura que ha sido tu ausencia. Y todo lo que ha supuesto para nuestra familia. Pero tu memoria y tus deseos se cumplirán cueste lo que cueste.

2 comentarios:

Glenn K. dijo...

Lo bueno es conservar esos recuerdos de cada instante que las personas en vida nos supieron regalar, eso nadie nos lo podrá quitar

^-^ MiMi ^-^ dijo...

Que duro se hace aprender a vivir sin alguien que era parte de ti... Por desgracia, es ley de vida, todos tenemos que pasar por eso. Pero como dice Glenn, lo bueno es conservar esos recuerdos. Mientras tu los conserves, mientras sonrías pensando en esas pequeñas cosas que la hacían especial, ella seguirá viva en ti.

Un abrazo.