miércoles, septiembre 03, 2008

De querer y volver a querer

No es fácil eso de volver a buscar nuevas formas de quererte. A lo mejor no necesito eso. A lo mejor sólo puedo conformarme con transformar las que ya siento. Es como esa canción de Drexler de la que siempre hablo. Estoy segura de que contigo nada se pierde, todo se transforma. Y por ejemplo podría hacer una lista de las cosas que me gustan (que me encantan) de ti y que me pueden seguir gustando (y encantando). Como tu sonrisa, tus rizos o tus abrazos.


Me gusta que me digas que soy increíble porque tengo tiempo a todo, aunque no sea verdad, que te gusta la forma en que me entrego a los demás o que admires las cosas de mí que yo creo que en realidad no son admirables.

Me gusta que vengas a verme en los descansos y me gusta que sonrías cuando me ves. Y me gusta todavía más que quieras que yo haga lo mismo.

Me gusta cuando pides el café muy cargado, aunque ahora te hayas pasado al descafeinado y que lleves la merienda a la biblioteca. Me gusta también cuando hablas en voz alta y ni siquiera te das cuenta.

Me gusta que me robes los rotuladores mientras yo te robo el tipex. Me gusta que uses agenda y que me hayas regalado la del próximo año. Ya que no vas a estar aquí, al menos nuestra agenda cuidará de mí. Y me recordará que cuando te marches, tendré que comprarme un tipex porque no tendré a quien robárselo.

Me gusta que te pasees descalzo ensuciando los calcetines y que siempre rellenes el agua en la fuente. Me gusta pasear contigo, hablar contigo, cenar contigo.

Me gusta que leas mis cosas y me conozcas mejor. Me gusta que ya no haya secretos y que no tenga que esconder mis palabras. Me gusta que nuestra confianza haya sobrepasado los límites de lo permitido.

Y sobre todo me gusta quererte y que me quieras. Y no dejar de querer hacerlo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

aún no decidí nada
así q de momento y por vagancia me quedo con este
:)