domingo, septiembre 21, 2008

Anoche salí. Tomé un par de cervezas y pensé en ti, y en la distancia física y emocional que nos separa, y me puse triste. Y luego pensé en mí, en mis sensaciones de estos días, en mi creada Soledad y en lo lejano que siento a mi mejor amigo justo antes de que se marche. Y lloré. Y le lloré a ella, la que siempre me escucha, la que mejor me entiende. Y quiso poner en esa noche un toque de cordura a mis desequilibrios y paranoias. Y lo consiguió. Y seguí bebiendo a pesar de todo. Y tomé tequila y otras cosas, y me olvidé por un momento de ti y del mundo. Pero al llegar a casa y tumbarme sola a reflexionar en mi cama, volviste a aparecer.

2 comentarios:

MoN dijo...

Me parece que mas de una ayer acabo llorando...

En fin.

Que estoy haciendo la maleta otra vez y yo y mis melancolias empezaremos a hacer mella cuando me suba al autobus y me enfunde las gafas de sol para que no se me vea llorar.
Y es que se me pasa demasiado pronto el finde,sin tiempo y dejando muchas cosas por hacer.

Pero fa, hay que dejar al lado todo cuando se te ofrecen ratos de risa, Porque si no no podremos recordarlos cuando nos sintamos aun peor.

Porque siempre nos vamos a sentir peor.
Cuando estamos solos y no hay nadie que nos de una colleja y nos devuelva al instante en el que vivimos

Unknown dijo...

Un beso
dos besos
tres besos...

... cuatrocientos cincuenta y dos besos...

...

mil doscientos tres besos...

...

dos mil quinientos besos...
...

así hasta tres millones de besos

toso en tus mejillitas, guapa

Pilar