sábado, enero 01, 2005

Un nuevo año ha aparecido por sorpresa
entre el frío y la niebla que nos rodea.
La despedida ha sido dulce,
familiar y solitaria a la vez.
Volviendo al pasado por momentos
a un amor platonico fugaz
que pense que nunca volvería,
a una edad en la que éramos extraños
a una amistad que nunca se extinguió,
ni nunca lo hará.
A una familia que no es de sangre
pero como si lo fuera.
A un sentimiento aun no definido
a un par de refrescos a media luz
para decir adios al surrealismo.
Soñando con un futuro que quizás no llegue
soñando con que nunca se acabe esto,
esperando "algo" que me hiciera despertar
que me hiciera sentir que el nuevo año
me traería aquello que tanto vengo necesitando...

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