sábado, enero 29, 2005

....El reloj volvió a contar los minutos, yo ya no lo detengo con un gesto, ni lo confundes cual loco fuera de su hábitat. Créeme. Sólo me puedo fíara de tus ojos, estoy enferma de ti cuando no te tengo cerca. Los vagones del amor partieron hace tiempo y sólo retengo el tuyo en mi estación.
Atraviesa el puente de hierro de mi corazón y aférrate a mi pantalón. Por no verte, muero; me subo a un autobús sin trayecto tan sólo porque tu viajas en él. Alrededor de las vías de nuestras vidas sólo quedó a salvo tu tren, el que nunca se llegó a quedar atrás. Está claro que no me he aquivocado, amor. Tan sólo me queda querer y callar, no puedo ni debo hacer más.

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