Todavía se me eriza la piel al conversar contigo en pleno mes de julio. Aún se me forma un nudo en el estómago al verte aparecer. Y me resulta imposible ignorarte o ignorar tus palabras y cumplidos. O imaginar tu cara al escribirme. Reconocer tu humildad cuando te quitas méritos y no permites que yo lo haga. Y sentirme orgullosa como si fueras algo mío cuando estaríamos más lejos cada día si no luchase contra la ficticia dignidad que me obligo a tener ante ti. Creo que lo convierto todo en algo demasiado complicado.
3 comentarios:
Así es. Cuestiones universales.
Pero también sabemos que esta es una de las cosas que el tiempo cura.
Paciencia y esquivar los golpes de quien yo me sé es lo que queda.
:)
"simplemente intento una y otra vez aprender a volar"...
Me ha gustado pasearme por aquí. Regresaré de vez en cuando, con tu permiso.
Un cordial saludo.
q va
se complican solas
el ser humano es así
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