jueves, julio 05, 2007

minutos regalados

Todavía se me eriza la piel al conversar contigo en pleno mes de julio. Aún se me forma un nudo en el estómago al verte aparecer. Y me resulta imposible ignorarte o ignorar tus palabras y cumplidos. O imaginar tu cara al escribirme. Reconocer tu humildad cuando te quitas méritos y no permites que yo lo haga. Y sentirme orgullosa como si fueras algo mío cuando estaríamos más lejos cada día si no luchase contra la ficticia dignidad que me obligo a tener ante ti. Creo que lo convierto todo en algo demasiado complicado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Así es. Cuestiones universales.

Pero también sabemos que esta es una de las cosas que el tiempo cura.

Paciencia y esquivar los golpes de quien yo me sé es lo que queda.

:)

Anónimo dijo...

"simplemente intento una y otra vez aprender a volar"...
Me ha gustado pasearme por aquí. Regresaré de vez en cuando, con tu permiso.

Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

q va
se complican solas
el ser humano es así