viernes, julio 06, 2007

estupidez infinita

Odiarme. Sólo puedo odiarme a mí. Por no saber olvidarte. Por no aprender a intentarlo. Por buscar ínfimos detalles de tu existencia en los sitios más inimaginables. Sólo puedo odiarme. Porque ni siquiera puedo odiarte a ti. No puedo odiarte por esa perfección que asomas cuando me emperro en buscarte defectos. Perfecto. Todo lo perfecto que puede ser un ser imperfecto. Perfecto en tus cumplidos, en tu sonrisa. Perfecto en tu humildad, en tu responsabilidad. Perfecto en simpatía, en quedar bien. Perfecto en no olvidar más que lo necesario. Perfecto en no intuir más que lo evidente. Perfecto en ser amable y en no querer amar. Perfecto en aspirar a un mañana, en escapar de todo lo que te ata. Tan perfecto que ni siquiera puedo odiarte por ello. Y por eso tan sólo me odio a mí. Por no tener ya el bagaje suficiente como para superar ciertas cosas. Me odio por emperrarme en conseguir algo que nunca estuvo a mi alcance. Por no dejar de soñar cuando la vida ya se ha cansado de decirme que las princesas nunca existieron.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

yo te quiero

Anónimo dijo...

golpes y más golpes.

¿aprederemos algún día?

no sé porqué, pero me temo q no.

:(