martes, octubre 19, 2004

A veces no me reconozco, me atrapa mi propia neurosis, soy victima y verdugo de mi misma y no se escapar, no puedo y quizas no quiero. Me pierdo en mi subconsciente y cuando salgo a la superficie no se ni donde estoy y estallo con esas pèqueñas cosas que no deberían tener la menor importancia. Quisiera poder huir de la soledad que me persigue y no me deja un minuto de reposo, caigo una y otra vez en mi propia indecisión, subida en un carrusel que me devuelve siempre al mismo lugar, a una existencia q nunca ha estado vacía y siempre ha intentado aparentarlo. Me disfrazo con máscaras de yeso que se adaptan a mi piel como si formaran parte de ella, matizando las curvas de mi cara de manera que apenas se pueda apreciar la diferencia, a menos que me conozcan bien, lo cual de hecho no es demasiado complicado. Me repito a mi misma la misma frase gastada empleada antaño en las calles del inferniño, frases sobre la vida y oa amistad recicladas en el cemento de una cancha de baloncesto de barrio, como esa llamada que esperaba y no quería que llegara, como esa etapa que cerré y otros se empeñan en abrir. No quise ser dura sin reflejar una realidad, no me acuses de un error que no he cometido, no intentes que cargue con un culpa que no me corresponde. Siento no poder decir completamente adios al pasado de mi presente, pero por lo menos, tardara en volver a afectarme, si es que algún día vuelve a hacerlo.




[reformado a medida que lo escribo por un mensaje que no debió haber llegado nunca, pero en principio dedicado a arrepentirme de una mala reaccion, para variar en mi, con quien menos se lo merecia]

No hay comentarios: