domingo, octubre 03, 2004

08/09/03

Un minuto siempre es la clave,
un minuto nada más,
tan sólo un minuto.
Es suficiente para saber
lo que siente tu corazón
repleto de rosas,
rosas rojas y blancas
con destellos amarillos.
Tú eres ese minuto,
el minuto cíclico que se repite,
aquel en que se basa mi vida,
rodeado de rosas;
ese que deseo,
el que no permito que me abandone.
Quedate aqui,
perfumando mi vida con tu fragancia.

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