jueves, octubre 21, 2004

sorprendida por la ausencia de una monotonía q me perseguía sin saber el porqué, me sumí en un eterno sopor que me aleja del mundanal ruído, como una mañana de un octubre lejano que existió ayer y hoy ha muerto en el olvido. Congestionada por la candidez de un jersey recien lavado con un inapreciable olor a mandarina que debería impregnarme y a penas se acerca a mi olfato. Pretendo caer en mi Soledad, pero hay quien no me deja...

No hay comentarios: