jueves, abril 26, 2007

Mejor contigo

Nueve cuarenta y uno. Y no apareces. Hay un autobús naranja en la calle principal y la sala se siente vacía. Quizás sea porque no llegas todavía. Mientras Ismael Serrano me susurra al oído algo sobre sus ventanas, yo miro a través de la que más próxima tengo, esperando verte cruzar. O que desaparezca ese autobús. Hay un viejo conocido que lleva un jersey rojo y recoge cuidadosamente sus papeles. Al marcharse saluda con un breve movimiento de muñeca y una media sonrisa. Los jueves saben a que la semana se acaba, aunque en realidad no sea sí. Las gaviotas se convierten en cigüeñas. Y El Sol se esconde tras nubes que juegan a ser grises. Y es que este año abril sabe a verano y huele a otoño. Y al final es verdad que mi capacidad de concentración depende de tu ausencia o presencia. Porque es cuando no estás, cuando más incapaz me siento de seguir. Y no dejo de buscarte en el camino que siempre recorres para venir a mí, en los rincones en los que siempre nos encontramos. Calculando la hora en la que vendrás, como sueles hacer siempre. Como suelo hacer yo cuando mis pensamientos te extrañan. Cuando tu recuerdo se apodera de ellos. Cuando no puedo evitarlo porque es demasiado tarde. Porque ignoré los consejos de quien me quiere bien porque no tengo autoridad sobre mis emociones desde hace siglos, por mucho que me empeñe. Yo no decidí perderme en ti, yo no quise caer. Pero es que hay ciertas cosas que ya no dependen de mí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

si, si, se te va la olla, como me estas diciendo...


lo q si depende de ti, es poner de tu parte para no estar tan atrapada!!!pq en exceso, es malo, en serio, y ese exceso lo estás sobrepasando...

pero bueno, atraapada o no, te quiero, ayssss, que se le va a hacer...

MoN dijo...

hay momentos en los que ya tu mente no puede dominar el impulso del sentimiento...

Hay momentos en que nada puede controlar que nazca unas cosquillas en el estomago.

Y simplemente soñar que pasará, ese pensamiento, es capaz de endulzarte el dia.

Y aunque no sea lo adecuado, es lo que te hace sonreir.

Yo tambien lo he vivido, el tener una razon, aunque no sea la mejor, para levantarme por la mañana con una sonrisa ilusionada. Que yo creo que despues de la sonrisa enamorada, es la mejor de las sonrisas :)