domingo, abril 08, 2007

La impotencia me supera en situaciones que no puedo controlar y me afectan directamente, aunque no sean de mi incumbencia. Tu ausencia en noches, mañanas y tardes como las de estos días es más acusada. La Pascua debería ser tiempo de alegría y no ver cómo se truncan las únicas rutinas que nos hacían sonreir y soportar el mundanal ruido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué fáciles serían las cosas si todo nos diese igual

ollomol dijo...

así quiso
así será