domingo, noviembre 28, 2004

Tu imagen se apodera de mi
a cada segundo,
son tus ojos
los que guían mis pasos,
los que sorprenden
las palabras
que escibe mi lápiz.
Es tu risa
la que oigo a cada paso,
la que me acompaña
en todo momento.
Sobrecogida
por el roce de tus dedos
sueño con mundos irreales
en los que tú y yo,
como ahora,
nos reímos e imaginamos,
jugamos con la vida,
con las palabras que la componen.
Pero hoy no es lo mismo,
quizá lo será algún día.
Ven y acércate a mi,
a mis pensamientos,
a mis sentimientos,
más de lo que ya estás ahora.
No me dejes
abandonada en un mundo
en el que ya nada importa...

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