martes, noviembre 30, 2004

Sigues a mi lado a pesar de todo
deberias desaparecer de mi existencia
tal y como apareciste,
una mañana de otoño
de un noviembre sin abrir los ojos.

Me sonríes como en aquel primer momento
como tantos y tantos momentos
en los que tu sonrisa endulzaba
cada rincón de esta ciudad.


Tus ojos todavía hoy me siguen acechando,
pues cada noche sueño con ellos
con su forma de mirar loss míos,
con todo lo que callas cuando decides no hablar

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