jueves, noviembre 11, 2004

Miro tu mano mientras juegas al ajedrez en mi cuarto. Tirada vestida en mi cama, la cama se me cae encima, cual charco que inunda mis huesos de humedad. Mis sueños me llevan a ti, aunque sienta que todo acabó entre tú y yo. La playa de nuestra vida ya no volverá, ni tampoco aquella estación de tren donde con una sonrisa te dije adios, pensando que era un hasta pronto. Has vuelto pero ya no estás aquí. Tu ropa se la llevó la marea, las olas sin rumbo de la vida. Estamos juntos hoy, pero más alejados que ayer.

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