jueves, junio 21, 2007

Porque hay conversaciones en las que inevitablemente aparecer y, a ratos, a penas dueles. Porque hay días en los que a penas pienso en ti porque hay miles de rutinas y preocupaciones en las que emplear mis pensamientos. Pero también es cierto que existen momentos cercanos a la extenuación neuronal en los que no me importaría que estuvieras lo suficientemente cerca como para poder abrazarme.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

en esos días a kien no le apetece un abrazo. y putos mimitos. yo q voy d independient m muero por ellos.
d toas formas m valen los tuyos
y espero q a ti los míos!

eres una bocazas d cojones, pero t quiero muxísimo :)

Anónimo dijo...

cuestiones universales.


:S