Mi problema es que sueño demasiado, y mi falta de concentración siempre hace volar mi imaginación. Aún así he aprendido a distinguir realidad de ficción, a duras penas. Y aunque soy capaz de esperar lo máximo de los demás, hasta el detalle más insignificante me sorprende e ilusiona. Y nunca me siento defraudada.
1 comentario:
qué suerte!! bendita capacidad la tuya por sorprenderte... yo hace mil años que perdí la capacidad de maravillarme...
Es bueno diferenciar... procura que tu cabeza, siempre esté en el medio, equilibrada y equilibrando la realidad y la ficcion!
un saludo!
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