martes, febrero 27, 2007

A veces no puedo evitar mirarte y sonreir. Cuando asomas tu presencia en mis rutinas, cuando sonríes ante mis palabras y nuestros caminos se entrecruzan una vez más, como tantas otras veces que nunca lo supimos. Y no puedo evitar pensar que pasaría si fueras capaz de interpretar mis miradas, de ir más allá de las palabras que callo. Esas que nunca digo porque sé que en realidad no querrías oír. Pero a veces me resulta inevitable no nombrarte, buscarte, mirarte, sonreirte, soñarte. Y quizás ...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mientras la sonrisa esté por ahí siempre habrá la esperanza de que evolucione.

;)

Anónimo dijo...

jojojo
q gracia
m gusta este post
y paso d decir na q luego m insultas...