La vida, es cuestión de Fe, al menos mi vida. Hay que tener Fe. Hay que confiar. Cuando todo va mal y el mundo se vuelve del revés, hay que tener Fe en que volverá todo a su lugar, hay que confiar en que todavía existe un lugar para cada cosa, y un futuro prometedor, aunque la mitad de las veces parece que no haya un mañana, aunque a cada paso que damos parece que mengua la Fe. Me acusan de pesimismo cuando las cosas van mal y no quiero hacerme ilusiones, me acusan de pesimismo cuando me preparo para lo peor para evitar la decepción cuando finalmente suceda. Y sin embargo, a pesar de todo, nunca me ha faltado la Fe. Porque cuando mi confianza en la Vida se tambalea, siempre hay Alguien que me devuelve la Fe, esa que nunca pierdo, esa que guía mis pasos, esa que no me abandona.
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