David Taboada

He de reconocer que estudiar escuchando de fondo "Tal Cual", de David Taboada, hace que sea menos cuesta arriba. Y escuchándole he recordado que no hice un crónica de aquel concierto en el Carteles porque tardé demasiado en conseguir las fotos de aquel día.

Así que aprovechando que es Sábado y además hace buen día, y el Pisuerga pasa por Valladolid, voy a saldar esa deuda pendiente desde hace unos meses.

Conocí a David hace un par de años, en aquel primer paraninfo. Tras el concierto nos fuimos a guitarrear por Coruña adelante y allí le escuché cantar la primera vez. Estaba Marwan, Fatima, Manu Clavijo, Danieme, César y otros muchos. Depués de aquella entre en su página web, y luego en su blog, y escuché algunas de las canciones que había colgado en el myspace.

En el siguiente paraninfo, le tocó actuar a él. Le había escuchando tocar el piano en la presentación de "Principios y declaraciones", y cuando llegó el concierto de cantautores ya me había conquistado su música. Además, ese día lo escuché tocar al lado de mi tocaya, y fue de lo mejorcito de aquella noche. Y eso que esa noche fue muy grande.

Después de mucho esperar, de hacer seguimiento del disco via blog y de escuchar repetidamente las canciones en myspace, al final y con una semana de retraso, se pudo celebrar al fin ese concierto, rompiendo con el gafe ferrolano que llevaba en los últimos tiempos.

Esperaba ese concierto con ganas, lo comentaba con Suso de vez en cuando, convencí a mis amigos para que me acompañaran. Y allí nos plantamos, en el pub Carteles para asistir a un espectáculo único, aunque en aquel momento ni siquiera lo imaginábamos.

El sitio era pequeño, el escenario también. Ellos eran tres. David habló, cantó, tocó, nos hizo cantar a los demás, se cambio de camisa y, sobre todo, no hizo pasar una noche inolvidable. Se metió al público en el bolsillo con un puñado de buenas canciones suyas, algún que otro clásico y mucha simpatía. Y con mucho encanto.

Los que iban recelosos acabaron enganchados: sonriendo, cantando. El ambiente se volvió acogedor, y casi parecía una fiesta de unos cuantos amigos que un concierto. Todo el mundo acabó con la misma buena sensación, esa noche y los días siguientes en los que fuimos comentando nuestras impresiones.

Yo, personalmente disfruté como una enana. Sé que esta no es una crítica objetiva ni profesional. No haré un listado de canciones, no hablaré de afinación ni de acordes. Tan sólo expongo mi punto de vista y lo que para mí significó ese concierto, esa noche. Y pedir "Newton vs Eva", y escucharla dedicada a Suso y a mí, y cantarla como prometimos que lo haríamos si la cantaba.

Y llevarme, al final de la noche, el disco a casa dedicado. Y recopilar un montón de opiniones en una libreta. Y recordar esa noche durante mucho, mucho tiempo.

Todo eso, David, no tiene precio.