No me enseñaron a desmenuzar onzas de chocolate con mi paladar ni a mascar granos de café con cada pestañeo. Nadie me dijo que acorde era el adecuado, o cuantas sonajas tiene que tener una pandereta para que no suene a lata. En los libros que me leían de pequeña no decían cuánto tiempo había que esperar a desfallecer cuando se me arqueaban las cejas en demasía. A todo eso tuve que aprender sola, como quien intenta dar dos giros sin soltar la pierna para que un promenade valga lo que tiene que valer, como quien aprende a mover el bolígrafo con el impulso necesario o a tararear canciones de autor mientras muerdes el filo de tus uñas sin saber por qué.
2 comentarios:
hay tiempo para aprender, escuchar, leer...
hay aún tiempo.
:)
lo bueno de que nunca te lo dijeran es que ahora lo sabes t�...
Seguimos esperando!
besosssss
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