lunes, agosto 10, 2015

Amiga Soledad.

Me encantaría tener amigos, de los de verdad, de esos que, si lo necesitas, te regalarían una parte de su hígado, porque saben que tú harías lo mismo. Me encantaría conservar los Amigos de Toda la Vida, a pesar de los años, sin condiciones. Sentir que no las el tiempo cada vez que les miras a los ojos. Pero supongo que no todo el mundo tiene esa suerte, que la soledad de la vida adulta es un precio que tienes que pagar cuando creces, del que sólo escapas si realmente lo mereces. Y no importan los sacrificios que uno llegue a hacer, no sirve para merecer una amistad verdadera. De esas que te curan el alma. De esas que, cuando se extinguen, te la achican hasta límites insospechados.

2 comentarios:

Sofía dijo...

No puedes imaginarte cuántas veces me sentí como tú. Hay momentos en los que simplemente te paras a pensar demasiado (que es lo peor que podemos hacer) y te acabas sintiendo como si no hubiera nada ni nadie a tu alrededor. Pero créeme que estás equivocada. Yo también lo estaba, lo estoy cuando me siento así. ¿Quieres saber por qué? Porque mi vida se llenó de personas que en mayor o menor medida me hicieron darme cuenta de que al final todo llega, tarde o temprano, de que como una persona muy cercana a las dos me dijo: "es una carrera de resistencia, no de rapidez". También puede pasar que sin que lo esperes, personas que creías "perdidas" vuelven a ti, aunque solo sea a cuentagotas, y no hay que esperárselo, simplemente dejarse llevar y que todo vaya pasando.
Hazme caso, porque aunque pierda en experiencia te igualo en comeduras de cabeza, tenlo por seguro. Y que nunca más se te pase por la cabeza que estás sola, porque pase lo que pase, sabes de sobra que tienes con quienes contar, porque te ganaste un merecido puesto en su 'corazón veinteañero'.

eFe dijo...

mira que eres tontiña, ¿eh? no me digas esas cosas, que a ver si me las voy a creer...
No me hagas mucho caso, estoy en un año de altibajos, no duran mucho, ni los altos, ni los bajos, pero mientras duran...