miércoles, enero 04, 2012

Empezando el año


Empieza 2012. Empieza gris, nublado, lluvioso. Empieza y yo lo empiezo sin ganas. Trabajando, y no puedo quejarme por ello. Empieza 2012 y tengo 26 años. Dentro de cuatro, tendré 30. Cuando era adolescente hice una lista de propósitos, de deseos, de aquello que quería conseguir antes de los 30. Sólo he cumplido una. Y tengo cuatro años para intentar cumplir el resto. Y cada vez lo veo más difícil. Los tiempos han cambiado; no es un dicho, es una realidad. Han cambiado demasiado. Me acerco a los 30 y tengo demasiados planes. No es malo tener planes, ni sueños. Dicen que sólo es joven quien tiene más sueños que recuerdos. Soy joven, y me siento joven porque no he dejado de soñar. Pero a veces siento que ya no soy tan joven, y que muchos sueños tendrían que haberse cumplido. A lo mejor es que le pedía demasiado a la vida. Decía Sergio, mi gran Amigo en nuestros años de instituto, que es mejor no esperar nada de la vida, ni de la gente, porque así no pueden decepcionarte. Si pasa lo peor, estás preparado, y si no es así, te llevas una alegría. A veces intento hacerlo, pero no siempre es fácil. Y menos para una soñadora. Reflexiono demasiado, lo sé, quizás debería vivir el presente y no preocuparme tanto de lo que vendrá. El Carpe Diem del que nunca hemos dejado de de huir. Pero a pesar de todos los planes inacabados, y de todos los sueños no cumplidos, al menos he encontrado el motor que mueve mi existencia.

1 comentario:

MoN dijo...

No tener sueños es muy triste, no esperar nada de la vida, no entra en mis planes, pero tampoco ponerme mal porque a los 30 no haya conseguido lo que me proponia, puesto que los propositos cambia, las circunstancias y la vida. Y seguramente no haya conseguido lo que me propuse, pero si muchas otras cosas mas que estoy orgullosa de haber conseguido :)