lunes, septiembre 14, 2009

Canciones



Tú no lo recuerdas. Eran otros tiempos, no nos conocíamos. O quizás sí y no nos dimos cuenta. Desde luego no formabas parte de mi vida aunque hubiéramos tenido consciencia de nuestra existencia mutua desde el primer día.
Eran otros tiempos, sí. Yo tenía un montón de pájaros en la cabeza. E ilusiones imposibles, sueños inalcanzables y amores platónicos. Si me hubieras conocido bien en aquella época, me hubieras llamado cabeza loca. O a lo mejor, Cabeciña Tola. Por poner un ejemplo.
Yo quería saltar, quería volar. Quería aprender a sonreír ante las adversidades y a hablar con mis silencios. En realidad, nada de eso era tan complicado como lo pintaba.
Tú no lo recuerdas, pero me pasaba el día cantando. Como ahora. Cantaba en la ducha, cantaba en el coche, cantaba sola o acompañada. Cantaba siempre. Y a veces incluso, cantaba en los bares, aunque fuera por casualidad. Quizás era porque mi vida se componía de un puñado de canciones. Y yo me dedicaba a hilarlas unas con otras y tejía una realidad paralela que se encerraba en acordes de 4.40. Eran otros tiempos.
Eran otros tiempos, era un punto de inflexión. Y aunque tardé más de un año en darme cuenta, esa noche, mi vida cambió. Esa noche, en ese lugar, y al día siguiente. Yo y mi vida empezamos a cambiar. Porque todo lo que sube baja, sí, pero eso te hace aprender que después de caer, es necesario levantarse.
Y eso, también lo dicen las canciones.

1 comentario:

MoN dijo...

pareces toda una cantante en la foto efe.
Eran otros tiempos pero yo creo que cada tiempo tiene su felicidad.