Tenía unas manos bonitas. A pesar de que se mordía las uñas y las tenía siempre llenas de tinta o de tipex porque jamás esperaba a que se secara antes de pasarlas por el papel. A ella le encantaban sus manos a pesar de todo eso. Y le encantaba sobre todo cuando tomaba sus manos entre las suyas simplemente porque le sentía aún más cerca.
Tenía el pelo muy negro, y rizado. Solía dejárselo crecer hasta que él mismo consideraba que era excesivo y se lo cortaba bien corto. Antes no se dejaba barba casi nunca, pero con los años le cogió el gusto a no afeitarse en unos días. Y le daba un aspecto mucho más sensual y desenfadado.
Y luego estaban sus ojos. Y ella no podía mirarlos todavía sin sentirse parte de él.
3 comentarios:
y es que seriamos capaces de perdernos horas y horas en unos ojos... :)
nunca dejes de sentirte parte de ellos!
gracias polas felicitacións!!!
bicos e animo prati tb!
yo tambien me muerdo las uñas y me zoscan cuando lo hago :(
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