Anoche te escribí. Era uno de esos textos que normalmente no me atrevería a enseñarte porque hablaba de ti. Pero luego pensé en todos aquellos textos que habías leído ya, que hablaban de mí y de mis circunstancias, sí, pero también de las personas que me rodean. Y pensé que quizás te gustaría saber que también escribo sobre ti. Y además, mucho más de lo que imaginas. Me resulta difícil enseñarte lo que escribo, porque en realidad muy poco de lo que escribo no habla sobre ti. Pero decidí que ya era hora de que leyeras alguno. Quizás alguno que no fuera del todo evidente. O quizás sí. ¿Quién puede saberlo? ¿Dónde está el límite de la evidencia? Sólo quería que supieras que me importas, y que iba a echar de menos. Sólo eso. Aunque si quisieras leer entre líneas, decía mucho más. Y ahora me encuentro sumida en la incertidumbre más profunda. Sin saber si lo has leído ya, o qué piensas al respecto. Esperando tu visita, esa que siempre haces en tus ratos libres y que hoy se retrasa. ¿Y por qué hoy precisamente tardas tanto? ¿Y por qué hoy precisamente quizás no aparezcas? Y cuando mi frustración y mis temores llegan al punto más alto … tú simplemente apareces. Como si nada. Más callado y distante, quizás. O a lo mejor son simplemente imaginaciones mías. Quizás yo también lo estoy. A lo mejor ni siquiera lo has leído todavía. O a lo mejor sí y no sabes que decir.
1 comentario:
Pus mientras tanto... una intrusa dice que:
eres sentimeinto efervescente
latidos sonoros en mitad del silencio del mundo!
Guapa, que cosas mas lindas escribes!
Muaka!
Pilar
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