No recuerdo bien aquellas clases en las que nos explicaban los peligros de la vida ahí fuera. No recuerdo que en el tema de las adicciones me hablaran de ti, a lo mejor es que hice pellas ese día. Y sin embargo, eres la más peligrosa de todas. Quizás por no saber que lo eres. Así, sin haberme dado cuenta de por qué o por qué no, he caído irremediablemente en ti y no creo que pueda desengancharme fácilmente. Ni aunque se marchen todos los trenes del mundo, ni aunque pasen treinta y ocho días y te vayas de mi lado. Porque ni siquiera así podrás salir de mi vida. Y es que no sé que voy a hacer con este síndrome de abstinencia que me asola.
1 comentario:
Los sindromes de abstinencia son malos, malisimos, malisimos de la muerte!
Tienes que hacer algo!!
Un beso wapa
Pilar
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