No hay nada comparable a la sensación que me envuelve cuando me abrazas, cuando desde las puntas de mi pelo hasta las uñas de mis pies todas y cada una de mis moléculas se saben tuyas irremediablemente.
No cambio por nada el tener tus brazos rodeándome, el sentir tus besos en mi mejilla o mis manos en tu nuca.
Y sabernos imprescindibles. Y necesitarnos a pesar de todo.
1 comentario:
Ke nunca te falten esos abrazos.
Un beso.
Olga.
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