Ni te imaginas cuanto tiempo había recorrido ese mismo camino a la hora de comer los días en los que me dedicaba a estudiar por las mañanas para ver si por algún casual resultaba que salías de clase y nos cruzábamos en aquella parte del camino. Y muchas veces nos veíamos, y nos parábamos a hablar. Y algunas veces era casualidad. Y el resto fruto de mi conscientes e impacientes ganas de verte.
2 comentarios:
Todos hemos echo cosas parecidas. Ayer me dijeron que no era bueno vivir del pasado y empiezo a pensarmelo demasiado. besitos
yo al contrario que todo el mudno hacia ciertos caminos para ver cosas que no queria ver ...
La cosa esta humana a veces tiene su ironia
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