Tenía dieciséis años y una enorme melena rizada. Sonreía a menudo. Tenía algo que la hacía diferente. Quizás esa voz dulce o ese brillo en los ojos cuando se emocionaba. O a lo mejor tenía que ver con la educación tan europea que había recibido. Era bilingüe, casi políglota, y tenía lo mejor de los extremos que se barajaban en la vida social de aquella pequeña ciudad costera. Tenía grandes aspiraciones y ganas de comerse el mundo. Y, pese al miedo que muy pocas veces dejaba entrever, se mostraba en todo momento, segura de sí misma.
Y hasta yo no podía dejar de admirarla.
1 comentario:
¡¡¡No nos dejes así!!! Cómo sigue???. Es parte de un libro? de cuál??? ñaaaa.
Si es tuya la historia te regalo horas mías para que continues XD
bico!!!!
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