Hoy llegué a la estación sin reloj, pero sabiéndome a tiempo. El autobús no estaba en su dársena, pero no tuve dudas. El autobús llegó y se colocó en su sitio. Aún quedaban unos minutos. Dos hombres de edad discutían sobre si ese era o no el autobús que esperaban. Tenían acento de fuera. Me preguntaron a mí y les saqué de dudas:
-Sí, este para en Pontedeume.
-¿Usted va para allí?
-Sí, yo también me bajo allí.
-¿Es de allí, usted?
-No, pero trabajo allí.
-Es bonito, ¿verdad?
-Sí, es muy bonito.
-¿Usted es de aquí entonces?
-Sí, soy de aquí.
-Ferrol es bonito, mire que la gente dice que Coruña y tal pero Ferrol es mucho más bonito.
-Bueno, a mí me gusta mucho pero es que soy de aquí.
-Nosotros es que somos de Burgos, sabe.
Me hizo gracia que me trataran de usted siendo mucho mayores que yo. Me hizo gracia que siendo de Burgos les gustara tanto Ferrol. Al subir al autobús, antes de meter la tarjeta, el conductor me preguntó: A Pontedeume, ¿no? Y yo sonreí. Me gusta cuando no tengo que decir lo que quiero porque la rutina hace que ya se sepa.
2 comentarios:
pues si
los abuelos (gente mayor) como tu quieras llamarlos vivieron una epoca en la que habia que ser extremadamente educado.
en fin, em alegro de que te alegres ;)
personalmente prefiero que me traten de tu...
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