Y una noche sin más puedo releer Nieve e imaginarme contigo colgados de los hilos invisibles que unen nuestros mundos paralelos intentando mantener un equilibrio blanco y tremendamente puro. Aunque la historia no se repita, porque no deba repetirse. Simplemente quiero hacerte volar, y que me hagas volar. Y que no seamos capaces de saber cuántos pies nos separan del suelo.
2 comentarios:
quizás cuando ocurra de día y con los ojos bien abiertos...
a saber...
nadie como tú
que crezca con la risa
que entienda la caricia
como la entiendes tú
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