Y es que hay días en los que necesitas aliarte con la Soledad,
huir del mundo, de los demás, y hasta de ti misma.
Cuando casi nadie nota que no estás,
cuando quien menos te lo esperas nota que te vas,
cuando ni siquiera tu cuerpo entiende tu mente
y mucho menos al contrario.
Hay temporadas raras
que parece que nunca acaban,
y que cuando lo hacen
siempre vuelven.
Y no hay taza de café que las cure.
No hay comentarios:
Publicar un comentario