Impotencia, rabia, dolor ...
a veces, hastío.
Sensaciones desagradables.
La ausencia de obligaciones, de presión
podían llegar a significar la mayor de las tensiones.
No era fácil.
No era fácil para alguien como ella
que solía emplear todo su tiempo
para evitar pensar
tener todo el tiempo del mundo
y no ser capaz de pensar nada bueno.
Nunca fue una opción de vida,
y mucho menos acompañada de dolor
de esa falta de utilidad para cualquier cosa.
Se sentía en deuda con el mundo
hasta que Él vino a recordarle
que de cada revés que nos da la Vida
siempre hay una lección que jamás podría olvidar.
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