Pablo,
llamado a ser apóstol,
escogido para anunciar el Evangelio.
Y cuando el cielo y el mar rugen, lo mejor es resguardarse entre cuatro pareces, desempolvando viejos recuerdos en papel, y canción tras canción. Expectante, hasta saber que tú también estás protegido a buen recaudo. Queriendo verte hoy, como cada día. Esparando impaciente a mañana. Sabiendo que nos debemos un buen lote de caricias acumuladas durante la semana.
2 comentarios:
Mañana??
uy que nervios!!
besitos preciosa
no conozco mejor refugio que las caricias...
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