Es tiempo de cambios, de reflexiones. Es tiempo de pensar en la Navidad que se nos ha echado encima sin saber cómo. Es tiempo de volver a rutinas que nunca debieron irse, de romper con todo lo que nos hace infelices. Es tiempo de luchar, de gritar, de defender las ideas y de asentar principios. Es tiempo de respirar hondo y tomar decisiones. Sin miedo, sin presiones. Con calma, despacito y con buena letra. Cabeza alta, mente fría y corazón en la mano. Es hora de aferrarse a una taza de café para calentarnos el alma. Es hora de mirar a las estrellas y escuchar lo que ha de venir de su mano.
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