Noches en las que olvidamos todo
y no importa más que esa complicidad,
donde no hay dolor ni malos pensamientos,
donde reconstruimos la amistad a base de risas,
de recuerdos y viejas canciones,
a base de largos sorbos de ron.
Noches en las que no existe un mañana.
1 comentario:
y que no nos falten, por dios!
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