Me gustan los días en los que inesperadamente tengo ración doble de ti. Y entre idas y venidas, penurias y agobios míos, tuyos y nuestros concentramos nuestros esfuerzos en sonrisas que nos curen las prisas. Y pocas cosas me relajan tanto como tus dedos en mi nuca o tus ojos sobre mí, escucharte carraspear de espaldas o silenciar los ruidos que las tediosas rutinas provocan. Y buscar en ti la serenidad que nunca tengo. Y que busques en mí la confianza que sabes que nunca te faltará.
Sí, sin duda adoro los días con ración doble de ti.
1 comentario:
sus dedos en tu nuca? buf
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