Para una, un FELICIDADES escrito con purpurina y pecas de mentira. Para que no deje de desgranar sus 25 otoños entre sonrisas y saltos en la vida. Por sus brillos llenos de magia y aprender a ser experta en todo lo que a ella le gusta.
Para el otro, FUERZA y SERENIDAD. Todo lo que hace dos semanas me supo regalar quiero devolvérselo ahora con creces. Porque lo merece. Porque lo necesita. Porque él fue mi muleta izquierda [igual de importante que la derecha, que ambos compartimos] y ahora quiero ser la suya y no sólo como agradecimiento, sino porque no podría no hacerlo.
Porque no soporto verte sufrir. Y las penas compartidas, parecen menos penas.
2 comentarios:
ésto dice mucho de tí.
ole.
:)
somos lo peor
jajaja ia sabes...
te quiero pequeña
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