Empezar de nuevo a tener que hacer largas cuentas atrás, cuando ya casi las tenía olvidadas. Darme cuenta de que no supe hacer a tiempo la cuenta atrás para despedirte y ahora el tiempo se me echa encima. Porque aún no te has ido y ya estoy empezando a descontar los días que quedan para vuelvas. Y comienza a ser habitual. Pero yo no quiero acostumbrarme a decirte adios.
2 comentarios:
Tienes razón, el adiós es difícil. Quizás sea porque no descansa sobre nada, simplemente flota en el tiempo, en la incertidumbre.
En fin...
aprendemos a base d patadas en la boca
es ley de vida
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