La melancolia me inunda
en una tarde soleada
de un sabado de finales de julio.
El calor me llena
mientras escucho Relax,
mientras pienso en tu mirar.
No puedo evitar pensar en ti,
no puedo no soñar
con que esta noche quizás te vea.
Recuerdo lo que senti por ti
leyendo viejos escritos
que hablaban de tu sonrisa
y quiero llorar
porque ya no queda nada
de esa absurda ilusion,
de aquellos viejos tiempos
en los que no perdia la esperanza,
en los que pensaba
que quizás en un futuro
podrías sentir lo que yo.
Y al comprobar ahora
que nada de lo que esperaba sucedio
solo puedo llorar amargamente
por haber fracasaso
en mi intento por conseguir tu corazon.
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